Adrià Marí sostiene un peón detrás de un tablero de ajedrez, ayer en Can Ventosa. | DE

Adrià Marí Copa (Eivissa, 02-10-1999) es la nueva referencia del ajedrez ibicenco. Con 15 años ya puede presumir de ser campeón absoluto en la isla de partidas rápidas y lentas, ambos trofeos conquistados el año pasado, y tercero en el reciente balear, aunque, para él, «Mariano Mayans sigue siendo el mejor» pese a ganarle en la cita autonómica.

El ibicenco es todo un cerebro en esto del tablero de los 64 escaques. Su incursión en este mundo fue casual. Con apenas cinco añitos se apuntó a una escuela de verano donde Justino Quero, delegado insular, le impartió dos clases. Fue entonces cuando decidió recibir clases particulares de él. «Al principio, no quería aceptarme, pero, tras jugar, lo hizo y me preguntó dónde había aprendido. Le contesté que de la nada», recuerda Adrià.

El ajedrecista recibe ahora tres horas de clases particulares por parte del Maestro Internacional argentino Diego del Rey. Además, juega partidas a diario por Internet y, en ocasiones, se reúne con otros jugadores para disputar partidas rápidas.
Marí tiene un ELO de 2.113, sin incluir aún los 23 puntos del balear. Con 2.300 adquirirá el ranking de Maestro FIDE, algo que sólo es cuestión de tiempo. El ajedrecista cree que tiene «una habilidad, no inteligencia, para, sin ser mala persona, ser ‘cabrón' y utilizarlo en el ajedrez». «Además, como buen zurdo, tengo creatividad y algo de intuición», agregó. Precisando un poco más en su estilo, apuntó que tiene un «juego posicional». «Me gusta buscar las debilidades del campo enemigo y, en caso de estar perdido, sé cómo complicar la partida. Además soy constante y psicológicamente estoy preparado. Sé tranquilizarme durante las partidas para jugar bien», explicó.

El campeón ibicenco se hizo recientemente con el balear escolar y acudirá próximamente al Campeonato de España. Él tiene experiencia de sobra en citas estatales tras haber participado en varias, con un decimoséptimo puesto sub 10 como mejor resultado en 2009. Su objetivo, a corto plazo, es «hacer un buen papel en el nacional sub 16», que se celebrará en julio. «Voy confiado. Ya gané al tercero del ranking», comentó. Más adelante sueña con «conseguir alguno de los grandes títulos». «Mi sueño es ser Gran Maestro, que es lo más prestigioso», añadió.

Adrià Marí no tiene ningún ídolo en concreto. Las historias sobre Bobby Fischer, los hitos de Kasparov y compañía no van con él. «Yo no sigo a nadie. Juego y mejoro gracias a los esfuerzos de Justino, en el pasado y los de Diego, ahora y en adelante, pero no tengo ningún ídolo», afirmó.

El quinceañero es una especie de niño prodigio para el ajedrez, una disciplina que pareció aparcar incluso para dedicarse al saxo. «No sé si me centré más en la música o menos en el ajedrez, pero lo cierto es que no estaba tan centrado hace unos años», dijo.

Para Adrià, el ajedrez es ahora fundamental. «Me encanta. Mi mejor amigo, Aitor, también juega. Estoy todo el día jugando por Internet. El ajedrez es una de las cosas más importantes de mi vida», aseguró. Marí es un ganador nato. De hecho, todavía no olvida el enfado que pilló siendo sub 8 de segundo año y jugando en sub 10. «Tenía ganada una partida, la perdí y estuve una semana sin jugar», recuerda. Afortunadamente, quedó en una anécdota y el cerebro del ajedrez ibicenco sigue creciendo con la mente puesta ahora en el nacional sub 16.