La primera de tres finales

Mario Ormaechea ha destacado en la previa, además de éste, otros factores a tener en cuenta como son las incómodas condiciones del terreno de juego del Son Cladera y, sobre todo, la lista de bajas con las que acude su equipo al encuentro. A las ausencias de los lesionados José Carlos Moreno, José Luis, Pacheta y Vicent se une la de Baena, que se casa el domingo en su tierra natal. Por si fuera poco, Ormaechea desveló que dará descanso a Borja Pando, aquejado de una sobrecarga por la acumulación de minutos. Todos ellos titulares en los esquemas del preparador barcelonés. Por el contrario, recupera al delantero Kevin y al central Adrián Rosa.

Con todos estos inconvenientes, la Peña ostenta el liderato de la categoría cuando tan solo restan 270 minutos para su conclusión. No obstante, parece empeñado Ormaechea en restar trascendencia al hecho de poder alcanzar su segundo título de campeón con la Peña Deportiva, con las ventajas añadidas que esto conlleva de cara a la fase de ascenso a Segunda B. «Vamos a ver si podemos conseguir un empate, que nos clasificaría de forma matemática para el ‘play off'», ha dicho el técnico esta semana, evitando pronunciarse sobre las opciones que alberga su plantel de hacerse con la liga. Con el equipo en cabeza y jugando contra el antepenúltimo, ¿es concluir entre los cuatro primeros la máxima aspiración de Ormaechea?

En el vestuario se gestiona de muy distinta manera este tramo final de campeonato. Tras la victoria sobre el San Rafael en el pasado derbi (1-0), circula la sensación de que el equipo puede ser campeón sin llegar a la última jornada, donde aguarda el bloque de Lloseta. Hay optimismo, a pesar de la plaga de lesiones que, de nuevo, golpean al conjunto de Ormaechea. Su sacrificio, entienden de puertas para adentro, merece el premio de cantar el alirón.

Pese a todo, la Peña tiene ante sí la posibilidad de dormir hoy con cuatro puntos de ventaja sobre el Llosetense, a la espera de lo que suceda el domingo en su duelo directo con el Formentera. Un partidazo que, desde Santa Eulària, observarán con los dedos cruzados para que acabe en tablas. Si eso sucede, ya no habrá excusas.