La selección española buscó con ahínco el empate en la segunda mitad para responder al cariño mostrado por la afición ibicenca. g Fotos: SERGIO G. CAÑIZARES | (c) Sergio G. Canizares

Las selecciones de España y de Italia sub-17 se han marchado de la isla encantadas con el trato recibido y con la respuesta del público en el encuentro amistoso celebrado este miércoles en el estadio de Can Misses, que se saldó con 0-1 para la escuadra azzurra. Tal ha sido su grado de entusiasmo que tanto los responsables como los futbolistas de ambos combinados estarían más que dispuestos a repetir la experiencia el próximo año. Así lo transmitieron a los organizadores al término de la concentración que ha tenido en la isla a ambas selecicones durante los tres últimos días.

También los dirigentes federativos expresaron su satisfacción con la organización del evento celebrado en Eivissa y, según ha podido saber este periódico, emitirán un informe favorable al departamento de fútbol aficionado de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por el cual se tendrá en cuenta a la isla para futuras solicitudes.

Atractivo añadido

El seleccionador de la sub-17, Santi Denia, ha expresado en varias ocasiones su especial sintonía con la isla y, además, es público y notorio que para los jugadores viajar a Eivissa es un atractivo añadido. Asimismo, el trabajo que han realizado tanto la Federación balear como las instituciones locales, en particular la conselleria d'Esports, para recibir al combinado nacional ha resultado un éxito. Todo ello refrendado con la espectacular acogida que han brindado a ambas selecciones los seguidores pitiusos.

En el ‘backstage' de Can Misses, donde disfrutaron de un ágape las autoridades y responsables organizativos, todo fueron loas a la respuesta de la afición ibicenca y al exquisito trato recibido. Durante la semana, la excelente marcha de entradas en la venta anticipada hacía presagiar un ambiente de gala para el encuentro, pero pocos imaginaban que Can Misses se colapsaría una hora antes del inicio del choque. El hecho de que hubiera un excedente de espectadores, sin entrada, que presenciaron el partido de pie sorprendió a propios y extraños.

Tal y como admitieron componentes de ambas selecciones, no es habitual ver en sus compromisos internacionales tanto colorido en las gradas. Eivissa fue una excepción y las promesas de España e Italia jugaron «con un plus de motivación por ver así el estadio», se comentaba en la zona noble del palco.

Será difícil ver de nuevo a 6.000 personas presenciar un evento deportivo en Eivissa. Sin embargo, la RFEF ha tomado buena nota del exquisito comportamiento de todas las partes implicadas en el éxito de cara a futuras solicitudes para que la isla vuelva a albergar partidos de la Roja.