ESPAÑA SUB 17: 0

ITALIA SUB 17: 1

Eivissa se paralizó ayer para disfrutar de un evento deportivo que pasará a la historia de la isla por ser el que más público ha congregado desde que se registran datos. La selección española sub-17 reunió en el estadio municipal de Can Misses a más de 6.000 personas, una cifra récord que solo encuentra comparación con los partidos de ‘play off' de ascenso a Segunda B disputados por la SD Ibiza a principios de la década de los 90. La derrota in extremis del combinado nacional que dirige Santi Denia fue una mera anécdota en lo que significó una fiesta para los amantes del balompié en las Pitiüses. Sobre todo para los más pequeños, que acudieron en masa acompañados por sus padres y madres a un estadio que colgó el cartel de ‘no hay billetes'. La Federación Española de Fútbol y las administraciones del Consell Insular y el Ayuntamiento de Vila, organizadores del encuentro, vendieron las 5.500 entradas expedidas. Fue tal la expectación que, comenzado el partido, accedieron al campo al menos medio millar más de personas que vieron el encuentro de pie. El amistoso internacional tenía carácter solidario y la recaudación, de alrededor de 11.000 euros, irá destinada a tres entidades sociosanitarias de la isla.

La afición ibicenca fue ayer un ejemplo, respondiendo con creces a las expectativas depositadas en el evento por los organizadores. Tanto la RFEF como las instituciones mostraron públicamente su agradecimiento al público asistente, que disfrutó de lo lindo con el espectáculo. De hecho, durante varios minutos el estadio hizo la ‘ola' y los más pequeños no dejaron de animar con las banderas y trompetas –patrocinadas por una conocida marca de bebida de cola– facilitadas por la federación.

España mereció más

En lo deportivo, el encuentro ofreció pinceladas del exquisito fútbol que atesoran los juveniles de primer año del combinado nacional. Los pupilos de Santi Denia sirvieron de espejo donde mirarse los cientos de chavales que acudieron al estadio.

Mereció mejor fortuna la Rojita, que llevó la iniciativa y gozó de las mejores ocasiones del encuentro. Los centrocampistas Fran Villalba (Valencia), Toni Moya (Atlético de Madrid) y Carles Pérez (FC Barcelona) dejaron detalles de enorme talento ante un combinado italiano que ofreció escasos argumentos ofensivos. Pero la Azzurra, da igual su división, es genéticamente competitiva. Supo contener las embestidas de España, tuvo la suerte como aliada y, en unas de sus escasas llegadas, recibió un riguroso penalti que se encargó de transformar el ‘hispano-italiano' Llamas Acuña (min. 68). Ver para creer.