El Ushuaïa Ibiza ultima su preparación antes de partir mañana hacia Guadalajara. La plantilla, ilusionada, posó anoche en el pabellón de Es Viver.

Alcanzar la final de una máxima competición nacional es uno de los sueños a los que aspira cualquier club deportivo. Y más si se trata de una entidad modesta, con el más humilde de los orígenes, que se ha ganado el respeto de la elite de su deporte gracias al sacrificio y la tenacidad de todos sus integrantes.

El Ushuaïa Ibiza Voley está en disposición de ingresar en la historia del voleibol nacional como uno de los equipos finalistas de la Copa del Rey. Para ello, deberá superar el sábado la que será su primera participación en unas semifinales coperas –privilegio por finalizar la primera vuelta en la segunda posición– ante el ganador del partido de cuartos, que enfrentará mañana al Vecindario Gran Canaria y al UBE L'Illa Grau en el partido inaugural del torneo que acoge Guadalajara.

En la retina de todos y cada uno de los miembros del Ushuaïa Ibiza está superar el desdén que supuso la derrota a manos del Vecindario en cuartos de final, el pasado año en sa Blanca Dona.

Los jugadores del conjunto ibicenco se han conjurado para porfiar de nuevo a la historia y enrolarse en su primera gran final en la máxima división estatal. Quieren los pupilos de Toni Gino aprender de los errores que precipitaron su adiós en el torneo del K.O. de 2013 y afrontan la cita con ilusión, pero ajenos a la presión desmedida impuesta hace un año por su condición de anfitrión y organizador del evento.

«El año pasado, por ilusionarnos tanto todos, al final el equipo se colapsó y no pudimos disfrutar de la Copa. Ahora estamos concentrados en el partido del sábado, que ya es una final para nosotros», sostiene el alicantino Juan Modesto Guerrero, unos de los integrantes de la plantilla que ya sabe lo que es alcanzar una final copera, al igual que su compañero Nicolás Ronchi.

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