Dicen que tras la tempestad llega la calma, pero en Sant Rafel no parece que se pueda aplicar el dicho. El ambiente sigue caldeado después de la movida provocada por su presidente, Bernat Bonet, que hará su primera aparición pública ante el equipo y la afición en el duelo de esta tarde (16,30 hora) contra el Manacor.
El máximo mandatario ‘blue' comunicó el pasado lunes a los jugadores que no percibirán ninguna de las nóminas de 2014 correspondientes a esta temporada hasta que la misma finalice, siempre y cuando el equipo logre la permanencia. Además, el club está pendiente de abonar las mensualidades de noviembre y diciembre, que, en teoría, está previsto que se haga pronto. Ante esta situación, Bonet abrió la puerta a los jugadores que quisieran irse y el defensa Paco Maline ha sido el primero en decir adiós. Podría no ser el último. De momento, el compromiso de los jugadores, tal y como comunicó el capitán Adrián Ramos el miércoles, es seguir hasta el final, pero no se descarta que alguien «se queme antes y se vaya», como el delantero dijo.
Con una semana tan movida, la plantilla no tiene fácil separar lo deportivo de lo económico. Y con razón, pues es difícil que un trabajador esté centrado al cien por cien si no percibe su salario y es «engañado», como apuntó Ramos hace tres días. Con todo, la profesionalidad de los futbolistas está fuera de toda duda, tal y como corroboraron el pasado fin de semana al propinar al Mallorca B, líder del grupo XI de Tercera División, su primera derrota de la temporada (1-2) con goles de Carvajal y Guti.
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