El Atlético Isleño decide ir a la huelga

El Atlético Isleño no afrontará el derbi de mañana de la mejor manera posible. El impago de las dos últimas mensualidades por parte del club, que culpa de la situación al retraso en el ingreso de las subvenciones institucionales, llegó ayer a su punto álgido con el plante del primer equipo. Tras una intensa reunión en las instalaciones municipales con varios directivos, la plantilla decidió no ejercitarse, iniciando así una medida de presión similar a la que emprendieron hace una semana las jugadoras del Palacio de Congresos de baloncesto femenino que, en su caso, finalizó dos días después.
Los capitanes ya habían mantenido una primera reunión el miércoles con la directiva en la que se trasladó la preocupación del vestuario, fijando el viernes como fecha límite para saldar las mensualidades de diciembre y enero.
Al amparo de ese compromiso se citó la plantilla antes del entrenamiento vespertino, previsto a las 20,30 horas en el estadio de la calle Campanitx. Tal y como ha podido saber esta redacción, el secretario técnico, Toni Torres, ofreció a los capitanes abonar al equipo el 70 por ciento de lo que se adeuda y, el 30 restante, la próxima semana.
La plantilla no aceptó estas condiciones y decidió seguir adelante con su parón.
«El club ha hecho un esfuerzo, pero no podemos ceder y hemos decidido que hoy -por ayer- no se entrena. Es una medida de presión porque llega un momento que no se puede más», señaló tras la última reunión uno de los capitanes, Javier Escandell, quien quiso matizar que con ello «no damos la espalda al club» y que el equipo «tratará de dar el máximo» ante el San Rafael. «Estamos todos a una y sabemos que están trabajando, pero se adeuda diciembre, enero y lo que llevamos de febrero. Nos ofrecían una cantidad, pero nos parecía insuficiente. No queremos hacer daño al club, pero no se puede estar siempre con el susto de no cobrar», señaló Escandell.