Una Peña reincidente

La peligrosa inercia hacia el empate que ha adquirido la Peña Deportiva a lo largo de la temporada le está sumiendo en una ardua lucha, en ocasiones extenuante, por alcanzar los puestos de play off. Por décima vez en el campeonato, el grupo de Luis Rueda cayó en la telaraña de su adversario y se mostró incapaz de desnivelar la balanza, cediendo un empate a cero, segundo consecutivo en Santa Eulària, que le sitúa a seis puntos de la liguilla de ascenso. Dani Mori, en su regreso dos años después a la Villa del Río, ganó la batalla táctica a su paisano y aumentó a once su racha de encuentros consecutivos sin perder.
El Ferreries ganó a los puntos en los primeros 45 minutos del combate. Las imprecisiones y los balones en largo propiciaron un juego poco fluido, caótico, que perjudicó la habitual iniciativa ofensiva de la Peña. Debutó de titular Salinas como enganche de Edu Moral, pero su falta de ritmo y de adherencia al sistema de juego del equipo le incapacitaron en sus labores como media punta. La nueva ubicación de Berto en la medular junto a Pablo Ríos, ante las numerosas bajas locales, tampoco ayudó a la organización y el reparto de juego. El fútbol, en pocas palabras, brilló por su ausencia.
Dani Mori, gran conocedor de la filosofía peñista, instó a sus hombres a tapar con esmero las bandas. La estrategia le funcionó durante una primera parte en la que el plantel menorquín llevó cierto peligro en los centros al área gracias a la envergadura de sus puntas.
En la recta final del primer episodio llegaron las únicas acometidas con cierta relevancia. En la primera, Edu Moral no alcanzó un balón franco enviado desde la banda por Aparicio, con el consiguiente cabreo de Rueda (min. 38). La réplica la puso el visitante Abel con un testarazo a ras de suelo que desbarató Moro con una buena estirada (44'). El rechace provocó un contragolpe que dejó a Edu y Salinas solos frente al último defensor. Ninguno de los dos fue preciso en sus acciones con el balón, dejando escapar una ocasión de libro para inaugurar el marcador.
Cambia el guión
El guionista local entendió que hacía falta un cambio, un revulsivo para descomponer la fortaleza visitante. Poco después de reiniciarse el encuentro, Luis Rueda dio entrada al debutante Víctor Galera en lugar de un derrengado Pablo Ríos, y la tendencia del juego varió. La Peña echó el balón al suelo y movió a su oponente. Tomó las riendas del partido y encerró a un Ferreries que se olvidó de atacar.
Así hilvanaron por banda izquierda una excelente jugada Osky y Fofi. Su centro al área encontró la cabeza de Edu Moral, que remató por encima del larguero (min. 63). Poco después, Osky estrelló un balón en el travesaño sin apenas ángulo y el balón fue a parar a la cabeza de Aparicio, que fue objeto de falta por su defensor. El colegiado decretó libre indirecto a escasos tres metros de la línea de gol, entendiendo juego peligroso. Raúl Gómez se dispuso a lanzar. Bien sea por un malentendido entre el ibicenco y Galera, bien porque el guardameta se adelantó al pitido del colegiado, la mejor ocasión del partido acabó en el limbo (min. 68).
El ex del Mallorca B apareció de nuevo ejecutando una lejana falta lateral que acabó, ante la sorpresa de todos, golpeando el larguero. Y ya iban dos.
La contienda entraba en su fase decisiva con una Peña obligada a mantener el ritmo de Manacor y Constància, que habían hecho los deberes el día anterior. Pero el gol se resistía, una vez más, y la urgencia por ganar fue el peor aliado del equipo ibicenco. Ese estado de nervios provocó un error impropio de Moro al despejar un balón de cabeza. El cuero llegó a los pies de Abel, pero su vaselina fue abortada por Miguel Àngel bajo los palos (min. 84).
Ya en el tiempo extra, el árbitro contribuyó a la desazón de la Peña, que se aleja de su objetivo, con un fuera de juego inexistente sobre Edu Moral cuando encaraba al meta Jesús Sastre.