No resultó sencillo doblegar al frágil Collerense, equipo que ocupa la última posición en la Tercera División balear. La Peña Deportiva tuvo que recurrir a dos tantos de Osky en la recta final del partido para amarrar los tres puntos frente al colista después de tres jornadas sin ganar.

 

El equipo de Luis Rueda fue superior al Collerense, tuvo el control del balón y las mejores ocasiones de peligro, pero la sensación es que el equipo ha bajado sus prestaciones en las últimas semanas y acusa mucho las ausencias. Ayer no estuvieron por diferentes motivos Berto, Vicent ni Raúl Gómez, y el técnico dejó en el banquillo a dos piezas básicas como Youssouf y Fofi, este último entre algodones.

 

Ya sea por la carga de trabajo, la mejor respuesta de los rivales o los cambios en las alineaciones, lo cierto es que el bloque de Santa Eulària presenta un preocupante colapso en la salida de balón, adolece de precisión en la línea de tres cuartos y perdona en exceso ante la portería rival. Aún así su potencial es de superior categoría.

 

El partido arrancó con un claro asedio de la Peña sobre la meta de Adri. Hasta cuatro córners de relativo peligro ejecutó Iván Torres en los primeros minutos. En uno de ellos Gavilán cabeceó solo en el segundo palo y el balón, cayendo en parábola, se topó con la cepa del poste contrario (min. 11).

 

Desde ese momento el duelo se enfrió. El Collerense adelantó su línea de presión y puso todo su empeño en apretar las bandas. De este modo Nacho del Moral y Osky quedaron prácticamente anulados, Raúl Salas peleaba balones con escaso sentido y Carlos López pretendía hacer la guerra por su cuenta.

 

En el minuto 25 la hormigonera recogió un rechace en la frontal del área y empalmó un chut tocadito que salió un palmo desviado de la portería. La Peña volvía a avisar, aunque de manera aislada y sin demasiada convicción. Esa apatía se contagió a la defensa. Neftalí se confió en un despeje de cabeza sin aparente peligro dejando un balón franco para el delantero Rafita. El 9 del Collerense se lió y mandó la mejor ocasión visitante al limbo (min. 30). En la jugada siguiente el asturiano Osky desbordó al fin por la derecha y puso un centro medido que trató de rematar Del Moral de chilena. Carlos López, al acecho, no pudo remachar con acierto a dos metros de la línea de gol. Otra ocasión perdida.

 

En línea con el colapso general, Gavilán perdió la cartera donde no se debe perder. Su error garrafal lo aprovechó Rafita y tras un rechace, Robertito mandó el cuero al larguero (min. 39). La voz de alarma no amedrentó a la Peña, pero fue de nuevo el Collerense quien gozó de la última ocasión de la primera parte. Rafita, justo antes del pitido final, cabeceó con mucha intención un buen servicio desde la banda, pero tampoco encontró puerta.

 

La Peña no acababa de carburar. Quizá sólo necesitaba abrir la lata para arrollar a su rival, pero el tanto para romper el hielo no llegaba. Los primeros instantes fueron para el equipo palmesano, envalentonado al ver el pequeño caos peñista. Luis Rueda lo vio y pronto introdujo en el campo a Fofi y a Youssouf. Pero antes Carlos López hizo vibrar al público con una galopada desde el centro del campo que finalizó en el césped tras un empujón dentro del área que no vio el colegiado (min. 51).

 

Osky, el desatascador

Con los cambios (min. 60) la Peña mejoró. Ganó en verticalidad por el costado izquierdo y el centro del campo se aferró al músculo del pivote guineano. Pero tuvo que ser una acción aislada la que desatascara el enredo. Neftalí mandó un balón preciso al pecho de Osky, que recibió en carrera sobre la corona del área. El extremo diestro se zafó por velocidad del último defensor y del portero para anotar el 1-0. Con el partido de cara la Peña quiso sentenciar, pero sin la ansiedad de otras ocasiones. Así llegó una nueva falta peligrosa que Del Moral a punto estuvo de convertir (min. 72). Pero no fue hasta el 82' cuando el equipo de Luis Rueda certificó la victoria. Carlos López vio el hueco para la internada de Del Moral, quien entró hasta la cocina y sirvió un certero pase de la muerte que remachó Osky en el 2-0.