Jorge Lorenzo ya forma parte de la historia. El piloto mallorquín no sufrió lo más mínimo para defender la segunda plaza de la general, y sólo un problema con el airbag de su mono, que se disparó en la tercer vuelta, le impidió luchar por algo más que una tercera posición que sabe a gloria. Lorenzo ya puede presumir de ser subcampeón del mundo, el cuarto español que lo logra -tras Crivillé, Sete y Pedrosa- y el segundo con mayor puntuación, tras un Gran Premio de la Comunitat Valenciana en el que ese percance permitió a Dani Pedrosa y Valentino Rossi adquirir una ventaja que, respecto al italiano, estuvo a punto de neutralizar Jorge.
La caída de Casey Stoner en la vuelta de formación, y su consiguiente abandono, allanaron el camino al 99, que se quitaba de encima al único piloto que podía arrebatarle el subcampeonato.
Sin presión y con vía libre para realizar la carrera que quería (lejos del conservadurismo que exhibió el sábado), una mala salida volvió a pasar factura al mallorquín. Pedrosa explotó al máximo una de sus virtudes y abrió una pequeña brecha que creció con el paso de los giros. Toni Elías se interpuso entre él y la pareja del Fiat Yamaha, Rossi y Lorenzo, a los que se les escaparon unos segundos valiosos intentando rebasar al manresano.
El ritmo era frenético, rodándose en 1:33 por parte del trío de cabeza. Pero en la tercera vuelta, un 'latigazo' de su M1 activó el airbag del mono de Lorenzo, dándose un golpe en los testículos. Un problema más a superar y más tiempo que recuperar. Durante medio minuto, Jorge no pudo responder y Rossi se marchó, aunque enseguida demostró el balear que tenía ganas de hacer algo grande en Cheste, uno de los tres circuitos en los que nunca ha ganado.
En el ecuador de un Gran Premio corrido al límite, la carrera ya era cosa de tres. Pedrosa, Rossi y Lorenzo veían muy de lejos a Edwards y compañía, y la victoria estaba a más de seis segundos. Las diez últimas vueltas se las tomó Lorenzo como un ultimátum. Era el momento de echar el resto, con mucho que ganar y el subcampeonato en el bolsilo.
Salvo percance, el triunfo se antojaba patrimonio de un Dani Pedrosa que calcó su carrera de 2005 (entonces, Lorenzo fue segundo, en 250). Pero Lorenzo quería meter presión al único que ha podido superarle, al campeón del mundo.
Jorge fue recortando décima a décima, hasta ponerse a menos de segundo y medio de Valentino, quien sabía que administrando esa renta, y sin arriesgar, podía hacer suyo el segundo lugar, lo máximo a lo que alguien pudo aspirar ante la tiranía de un Dani Pedrosa que rodó en solitario desde que el semáforo se apagó.
Un segundo (1.027) era la desventaja sobre Rossi a tres giros. El italiano controlaba, pero Jorge iba a por todas, e incluso estuvo pot debajo del segundo. En una carrera en la que el viento fue un adversario añadido, Rossi ejerció de perro viejo, Pedrosa se creció en el avance de un 2010 apasionante, y a Lorenzo le sobraron las cuatro primeras vueltas. Al final, menos de tres décimas le separaron de su compañero de equipo.
Ahora, toca mirar al futuro. Empieza hoy mismo, con los primeros tests de la pretemporada y la toma de contacto con la Yamaha que le debe llevar a desbancar a Valentino. La conquista del título de MotoGP inicia su cuenta atrás.
Por otra parte, cabe destacar que a los triunfos de Pedrosa, Héctor Barberá en 250cc y Julián Simón en el octavo de litro hubo que sumar el tercer peldaño del podio de Pol Espargaró en los 125 c.c., el segundo de Alvaro Bautista en los 250 c.c. o la tercera plaza de Jorge Lorenzo en MotoGP, todo un éxito para la representación española en la última carrera de la temporada 2009. Desde el Gran Premio de Inglaterra de 2006, que se disputó en el circuito de Donington Park, no se había conseguido una triple victoria del motociclismo español.
Simón fue el primero en arrogarse ese protagonismo al superar en una intensa lucha hasta el último metro, como ya ha sucedido en las anteriores carreras, a su propio compañero de escudería, el británico Bradley Smith (Aprilia).
El británico salió muy nervioso a la pista como consecuencia de los problemas para que su moto arrancase, pero lo consiguió a tiempo de tomar la salida, en la que fue el más rápido, aunque cuando Simón superó a los rivales que se anticiparon en ese momento la batalla de ambos estuvo servida hasta la bajada de la bandera de cuadros.
En el último giro tanto Simón, que se puso líder en el vigésimo primer giro al aprovechar un error de Smith, como el británico, se prodigaron en sus adelantamientos pero el acicate de vencer en casa fue demasiado para Simón, que doblegó a su rival con claridad en los metros finales.
No exenta de sorpresas estuvo igualmente la prueba del cuarto de litro, en la que el japonés Hiroshi Aoyama (Honda) y el italiano Marco Simoncelli (Gilera) se jugaban el título mundial y éste acabó recayendo en quien más opciones tenía de lograrlo, el nipón.
El liderato inicial fue para un pletórico Héctor Barberá (Aprilia), que tuvo que ceder el mismo al italiano Marco Simoncelli, ávido de victoria pues ese era el único resultado que le permitía aspirar al título mundial y todo con una costilla rota la semana pasada mientras montaba en «karts». El italiano cometió su enésimo error en su ataque a la desesperada por el triunfo final y lo acabó pagando con una caída sin solución de continuidad que le dejó en bandeja la victoria a Héctor Barberá, el único que le pudo seguir.
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