No pudo ser. El Palacio de Congresos de Ibiza no pudo conseguir el título de la Supercopa ante el todopoderoso Ros Casares. Aunque a punto estuvo de dar la campanada en un final de partido de infarto en el que las de Jenaro Díaz pusieron contra las cuerdas al equipo local. Y eso que las valencianas llegaron al final del tercer cuarto con una ventaja de 13 puntos que parecía insalvable en un encuentro en el que ambos equipos jugaron a rachas, pero en el que siempre dio la sensación que Ros jugaba a medio gas y que, en cuanto pisase el acelerador, podía sentenciar. Sin embargo, el PDV hizo acopio de garra y jugó con una gran intensidad defensiva, sobre todo en el último cuarto, en el que llegó a ponerse a dos puntos de su rival a falta de 14 segundos para el final. Al final no pudo ser, pero las de Jenaro Díaz dieron una gran imagen y la impresión de que, a la que el equipo coja rodaje, darán mucho de qué hablar esta temporada.
El Palacio de Congresos de Ibiza llegaba a Valencia con una complicada misión: acabar con el apabullante dominio del Ros Casares en la Supercopa, título que el conjunto valenciano ha ganado de manera consecutiva en las tres últimas ediciones. Pero las cosas no comenzaron precisamente bien para las ibicencas, que no tardaron en encontrarse con un 4-0 en contra en unos minutos iniciales que se caracterizaron por la precipitación en el lanzamiento en ambos bandos.
Por delante
Poco a poco, sin embargo, las de Jenaro Díaz reaccionaron y, a falta de seis minutos para que acabase el primer cuarto, consiguieron igualar a 7 la contienda, llegando incluso a ponerse por delante con 7-9. Pero poco duró la alegría. Y es que a partir de ahí el dominio de las locales fue apabullante. El Ros Casares no sólo igualó de nuevo la contienda, sino que, en los cinco minutos que restaban del primer cuarto, endosó al PDV un parcial de 14-0 que dejó el electrónico en 21-9 al final de este cuarto.
En el segundo periodo, las cosas cambiaron. Ahora le tocaba el turno al Palacio de Congresos de Ibiza, que poco a poco fue recortando las diferencias hasta situarse a sólo dos puntos de su rival (30-28) a 1.51 para el descanso. Pero un nuevo arreón de las valencianas volvió a poner tierra de por medio, llegándose al asueto con 34-28 en el electrónico.
El conjunto de Jenaro Díaz estaba poniendo toda la carne en el asador aunque, incapaz de aguantar el alto ritmo de manera constante, jugaba a rachas. Lo mismo sucedía en las filas del Ros Casares, que no acababa de encontrar su juego. Las locales no estaban finas en el juego de equipo y sólo sus grandes individualidades las mantenían a flote ante un PDV peleón, que supo sacar partido de los momentos de debilidad valenciana. Sin embargo, daba la sensación de que, a poco que apretara el Ros, el encuentro se decantaría definitivamente del bando del conjunto local gracias a su mayor calidad ofensiva.
Y eso fue precisamente lo que sucedió en el inicio del tercer cuarto. Las locales se pusieron el mono de trabajo y dos canastas de dos de Montañana volvieron a darles una renta considerable (38-28). El Palacio de Congresos comenzaba a ponerse nervioso y perdía balones que las valencianas aprovechaban a la perfección para continuar abriendo brecha (41-28).
Las cosas se ponían feas, pero, cuando peor lo estaban pasando las pitiusas, el Ros volvió a quitar el pie del acelerador. Eso, sumado a un endurecimiento de la defensa ibicenca, permitió a las de Jenaro Díaz cortar la sangría de puntos del Ros, que estuvo casi tres minutos sin anotar. Mientras, el PDV, al que le costaba seleccionar bien el tiro, consiguió recortar diferencias y situarse a 9 puntos de su rival (42-33, minuto 25).
Ninguno de los dos equipos se mostraba acertado en la pintura y el choque se convirtió en un ir y venir constante de una canasta a otra. Pero justo en ese momento volvieron a aparecer las estrellas locales. Esta vez fue el turno de De Souza, que desatascó a las suyas con una canasta de dos y, en la siguiente jugada, provocó una personal, anotando los dos tiros libres. Así, el Ros volvía a abrir brecha, poniendo el 47-33 en el marcador. Mazic y Jackson recortaron distancias, pero Palau y, de nuevo, De Souza restablecieron la diferencia. Eso sí, una canasta de Johnson dejó el marcador en 52-39 al final del parcial.
La reacción
Las cosas no cambiaron en el inicio del último cuarto, y locales y visitantes continuaron jugando a rachas. A falta de 6.42 para el final, el Ros ganaba por un claro 62-46, casi una veintena de puntos de diferencia. Parecía que estaba todo decidido, pero nada más lejos de la realidad. Un parcial 1-13 dejó el marcador en 63-59 a falta de 1.10. Los nervios se apoderaron de las valencianas mientras la ilusión empujó a las pitiusas a un esperanzador 64-62 con 44 segundos por delante. Incluso pudieron ponerse a uno de no haber fallado Johnson uno de sus tiros libres.
El Palacio de Congresos defendió con uñas y dientes, sin dejar opción de tiro a un Ros perdido. Sin embargo, las visitantes, mal en el apartado reboteador -las locales capturaron 18 en ataque-, no atraparon la bola tras un triple fallado por Aguilar a falta de 26 segundos. Milton-Jones cogió la pelota y forzó la falta personal. No falló ningún tiro libre (66-62), pero Shannon Johnson replicó de inmediato (66-64). Las esperanzas del PDV pasaban por forzar una falta y esperar un error en su ejecución, pero Aguilar metió los dos lanzamientos a falta de siete segundos y ahí se acabó el sueño de un Palacio de Congresos de Ibiza que salió con la cabeza muy alta de la Fuente de San Luis. Ellas también fueron unas supercampeonas.
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