Críticas como las del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), y alabanzas como las de los sudafricanos, que tienen en España a su segunda selección favorita, marcan el día a día de la Copa de las Confederaciones de Sudáfrica. La delegación española, recluida en Bloemfontein, vive aislada de todo ello. Eso no quiere decir que el equipo español no esté en boca de todos. Algo muy diferente a cuando España no era casi nadie. La tendencia ha cambiado y España ha pasado, tras la Eurocopa, de ser uno más a ser considerado el enemigo a batir.
Fue una cuestión en torno al césped la que motivó las críticas del presidente de la FIFA. «Los españoles son así», afirmó tras conocer que algunos jugadores de España habían cuestionado el estado del terreno de juego de Blomefontein, donde España ganó por 1-0 a Irak. Los futbolistas dijeron que el césped estaba seco y que su estado era «una vergüenza y un desastre», lo que provocó la frase de Blatter.
Por otra, la CBF emitió un comunicado contra la prensa italiana y española, que preguntaba en exceso en las ruedas de prensa sobre cuestiones relativas a los clubes de sus países.
Respeto
Kaká, recién fichado por el Real Madrid, era el centro de atención, lo que, según la CBF, provocaba intervenciones «poco respetuosas» para los periodistas brasileños, interesados en el rendimiento de su equipo nacional. Si Brasil ha estado acompañada con entusiasmo en sus entrenamientos por aficionados locales, a España le queda la satisfacción de contar con una gran admiración por su juego. Este entusiasmo, se apagará hoy, cuando se enfrenten ambos equipos.
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