R. J. Palomo

La Peña Deportiva ha sacado muchas cosas en claro tras su fugaz paso por la Segunda División B. El club cree haber aprendido de los errores y pretende construir una plantilla competitiva para regresar a la categoría de bronce del fútbol nacional la próxima campaña. La temida crisis económica que ha afectado a la gran mayoría de clubes apenas ha hecho tambalear los cimientos de la entidad de Santa Eulària. La nutrida junta gestora y el apoyo de los empresarios del municipio, que seguirán respaldando al club, ofrecieron la solvencia necesaria para no pasar problemas en la categoría que más ha notado la recesión. El resultado; la Peña ha sido uno de los pocos clubes que ha cumplido escrupulosamente con las mensualidades de los jugadores y técnicos. Ese ha sido uno de los grandes éxitos de la directiva.

Pero no todo han sido virtudes, visto el resultado final. Otra de las conclusiones que ha rescatado la directiva es que no se puede fichar de oídas. El área deportiva que encabeza Toni Torres ya no se fiará de los informes de agentes y representantes para incorporar futbolistas. El secretario técnico ha visto in situ multitud de jugadores y, una vez fijado el presupuesto para la próxima campaña, comenzarán las negociaciones.

A comienzos de esta semana el club tiene en mente ofrecer una rueda de prensa para anunciar a los socios el nuevo y ambicioso proyecto para la Tercera División. La entidad de la Villa del Río quiere aprovechar la crisis económica para firmar futbolistas de calidad a precio de saldo. En cuanto al cuerpo técnico, desde el club aún no se descarta la opción de Cristóbal Parralo, aunque parece poco probable que continúe el cordobés. La directiva tiene muchos nombres de técnicos sobre la mesa y en los próximos días se harán públicos los primeros movimientos.