Jorge Rosa golpea el bombo después de la victoria del Eivissa Bàsquet sobre el Bàsquet Mallorca. Foto: T. S. V.

EIVISSA BÀSQUET 98

BÀSQUET MALLORCA 83

EIVISSA BÀSQUET SA GRADUADA (7+33+23+35): Javier Vázquez (16), David Díaz (0), Jorge Rosa (22), Jordi García Virgili (25) y Aziz Thiandoum (0) -cinco inicial-, Dani González (2), Àngel Pascual (14), Luis Javier Domínguez (4) y Urit Kelly (15).

Estadística: T2, 56%; T3, 42%; TL, 78%.

MALLORCA BÀSQUET (19+29+11+24): Francisco Sastre (19), Miguel Servera (9), Joan Sastre (10), Gabriel Torres (13) y Francisco Jiménez (8) -cinco inicial-, Pere Antoni Mulet (0), Pablo Giménez (14) y Enrique Llopis (10).

Estadística: T2, 44%; T3, 30%; TL, 90%.

Àrbitros: Ricardo Jerez Maureso y Marc Latorre Aguilar. Eliminaron por cinco faltas personales al local Urit Kelly y a los visitantes Miguel Servera, Francisco Jiménez y Enrique Llopis. Señalaron técnica al entrenador visitante Àngel Cepeda y al jugador local Jordi García Virgili.

Incidencias: Partido correspondiente a la última jornada del grupo E de la Liga EBA, disputado en el pabellón Es Pratet ante 200 espectadores.

Tomás Sánchez Venzalá

El Eivissa Bàsquet Sa Graduada seguirá un año más en la Liga EBA. El equipo colegial obró el milagro en una tarde agónica, repleta de nervios e incertidumbre. A las 20,50 horas, el conjunto ibicenco, justo después de haber vencido al Bàsquet Mallorca con una remontada espectacular (98-83), se aglomeró alrededor del portátil de la mesa arbitral esperando saber el resto de resultados. Y es que necesitaba una carambola para no decir adiós a la categoría. Tras varios minutos de infarto, en los que a más de uno, especialmente al presidente José Antonio Cote Ribas, se le iba a salir el corazón, Es Pratet explotó de alegría al ver cómo l a jornada había sido propicia para los intereses pitiusos. El champán, los gritos y los abrazos escenificaron la alegría de un equipo que se había ganado a pulso la permanencia tras una temporada de auténtico sufrimiento. Pero mereció la pena.

El primer cuarto fue de lo peor que se ha visto en toda la temporada por parte del cuadro local. De hecho, sólo anotó tres canastas: dos de Jorge Rosa -una de ellas sirvió para poner 3-2 por delante a los suyos- y una de Vázquez sobre la bocina para poner el 7-19 en el marcador. El juego exterior de los visitantes y su capacidad reboteadora estaban haciendo mucho daño al Sa Graduada. Pero, sobre todo, lo que estaba acusando el Eivissa Bàsquet era la ausencia de Urit Kelly, lesionado.

Óscar Beltrán se vio obligado a tirar del bahamés, fundamental en la remontada. Eso sí, su entrada no bastó para frenar a un Mallorca que alcanzó una máxima ventaja de 17 puntos (19-36, min. 15). Con la ayuda de Virgili (25 puntos, 10 rebotes y 37 de valoración), Jorge Rosa (22 puntos) y Javier Vázquez (16 puntos, 10 asistencias y 20 de valoración), el Sa Graduada se fue metiendo en el partido, rebajando a ocho puntos la diferencia al descanso (40-48).

En el tercer cuarto se fraguó la remontada. En el 28', los locales se pusieron por delante (58-56) y ya no se dejaron alcanzar. La eliminación de Kelly (minuto 36 y 76-65 en el marcador) sembró la incertidumbre, pero Vázquez tiró de inteligencia para forzar tiros libres, aumentar la renta local y dejar la permanencia en casa.

José Antonio Ribas Cote, presidente del Eivissa Bàsquet Sa Graduada, confiaba en la salvación: «Yo era optimista. Sabía que el partido del Lorca era el clave». El máximo mandatario reconoció que «me habría gustado no tener que sufrir hasta el último minuto, pero siento una alegría inmensa». Sobre el inicio del choque, comentó: «Ha sido como los últimos partidos. La gente veterana ha sentido algo de miedo al jugar y acusamos las ansias».

Óscar Beltrán, entrenador del Eivissa Bàsquet, se mostró eufórico tras la salvación: «Lo importante es que estamos salvados. En el primer cuarto se puso todo muy cuesta arriba, pero al final hemos sacado el partido adelante. El alivio que te queda vale más que lo que has sufrido todo el año». El técnico reconoció que en los primeros diez minutos sintieron «angustia». «Jugamos de una manera que no sabemos jugar, pero logramos equilibrar el partido», agregó.

Urit Kelly, jugador del Sa Graduada, resultó clave en la victoria. Jugó lesionado y reconoció que sintió molestias: «En la primera jugada defensiva notaba un dolor, pero al final ha merecido la pena porque hemos ganado y nos hemos salvado». El ala-pívot confiaba en la permanencia: «Siempre que haya opciones, confío. Mientras tengas una pequeña opción debes ir a por todas». El bahamés comentó que «la afición ha ayudado bastante». Sobre su continuidad, dijo: «Tendremos que hablar de este tema».