La presión a la que están sometidos los aspirantes a la conquista de las principales ligas europeas ha invadido el tramo final de la temporada, con el margen de error limitado y un valor extra para cada fallo, que mantiene abierta la carrera por el éxito y las distancias entre los candidatos estrechas.

Ninguno de los torneos de renombre del Viejo Continente están sentenciados. Con el calendario cargado por el carácter decisivo del resto de competiciones, tanto nacionales como europeas, algunos de los protagonistas dosifican esfuerzos para llegar a tiempo a todo.

Ni en Inglaterra, ni en Alemania, ni en Francia, los pretendientes logran dejar despejado su futuro. Incluso Italia, que parecía cerrada hace algunas semanas, ha reabierto las emociones tras la inestabilidad del Inter y la racha del Milán.

En la Premier, Manchester United y Liverpool alargaron, una semana más, su particular mano a mano. El Liverpool ganó a domicilio al Hull por 1-3 con goles del español Xabi Alonso y del holandés Dirk Kuyt, permaneció durante un par de horas en el liderato inglés. Y obligó al United a un triunfo ante el Tottenham, que se le puso cuesta arriba con un 0-2 en contra que el portugués Cristiano Ronaldo y Wayne Rooney se encargaron de voltear (5-2) para regresar al liderato.

En la liga alemana, el líder, el Wolfsburgo, desperdició la ocasión de dar un golpe de mano a la competición al perder ante el Energie Cottbus, antepenúltimo de la Bundesliga (2-0).

El Inter tampoco remata la liga y perdió por 1-0 ante el Nápoles, mientras que el Milán suma siete partidos sin perder tras su victoria (3-0) ante el Palermo y que se sitúa a 7 puntos a falta de cinco jornadas.