Dos jugadores del Eviissa, desplomados sobre el césped de Can Misses tras confirmarse el descenso. Foto: GERMÁN G. LAMA

Este cuento se ha acabado. La SE Eivissa naufragó, una vez más, en Can Misses y ya es matemáticamente equipo de Tercera División. El equipo rojillo fue incapaz de superar a un mermado Valencia Mestalla que incluso llegó a adelantarse en el marcador. Impulsado por la necesidad, el conjunto de Alfredo Santaelena echó el resto en los últimos minutos, hizo la igualada y buscó el tanto de la victoria, pero lo hizo con más pena que gloria, como casi siempre a lo largo de esta temporada.

No hubo milagro, una palabra que es imposible que exista en el diccionario de un equipo que sólo ha conseguido cinco victorias en 35 jornadas. Son los números de un conjunto que no se merece estar en Segunda División B y que queda condenado irremediablemente al descenso de categoría cuando todavía quedan tres jornadas por delante, símbolo inequívoco de que la campaña ha sido desastrosa. Tan pésimamente ha transcurrido el curso que la afición ni siquiera acudió ayer en masa a un desangelado estadio de Can Misses para alentar a un cuadro pitiuso que era y es carne de Tercera.

Sin inventos

Alfredo Santaelena, sabedor de que la salvación era aún posible y gracias a la recuperación de varios de sus jugadores, no quiso inventar demasiado -la semana anterior situó a Iván como delantero por las bajas en ataque-. En el once inicial, la única gran novedad fue la entrada de Samir como extremo izquierdo. Las lesiones de Súker y De Pablos dejaban coja esa zona y el míster, esta vez, no quiso apostar por colocar a Sanz en la izquierda y dar entrada tanto a Pisano como Diop. El técnico mantuvo a su hombre en mejor forma como media punta y cedió la responsabilidad goleadora al delantero italoalemán, que no disfrutó de ocasiones claras para marcar. Al doble pivote regresó Rial, condenando a Jerry a un banquillo en el que permaneció hasta el tramo final Pierre, jugador del filial. Por último, en defensa, la baja por sanción de Joan Castillo fue cubierta por Olalla, que ya ha actuado en ese puesto más veces a lo largo del presente ejercicio.

Buen arranque

El encuentro comenzó animado, con una SE Eivissa dispuesta a buscar tres puntos que le mantuvieran con vida en esta recta final de Liga. Iván García solicitó su parcela de protagonismo, exhibiendo una buena calidad técnica e incorporándose al ataque con facilidad. En el minuto cuatro, se escapó por la banda derecha para servir un centro envenenado al que José García no llegó por muy poco en el segundo palo; en el 10', otra buena jugada del pivote por la banda derecha permitió que Raúl Rodríguez pudiera centrar con tranquilidad, una calma que se tornó rápidamente en nervios cuando el jugador solicitó penalti por una posible mano del defensor en su centro.

El Valencia Mestalla no se dejó ver hasta el minuto 11... y a balón parado. Pita lanzó una falta directa al primer palo cuando todos esperaban el centro. Menos mal que José Antonio metió los puños para mandar el balón a córner. Los valencianistas despertaron de su letargo y empezaron a maniobrar con peligrosidad, con Toledo y Olcina como protagonistas. Pasado el primer cuarto de hora de juego, el primero reclamó un posible penalti por agarrón. Acto seguido, la conexión Pisano-Sanz rozó en un contragolpe el 1-0, evitado por Salva tras el disparo del catalán.

Herido en su orgullo, el equipo visitante aprovechó su segunda gran ocasión para marcharse a los vestuarios con ventaja. En el minuto 32, Olcina, tras un posible penalti a un compañero, recogió un balón suelto en el área para batir a José Antonio. Dos minutos más tarde, el propio Olcina pudo sentenciar la contienda en una falta lateral que parecía un minicórner. El balón le llegó al punto de penalti, pero lo mandó a las nubes.

Segunda mitad

Tras el asueto, Alfredo se jugó el todo por el todo retirando del campo al central José Rodríguez para meter más pólvora arriba con Diop Mor. Sin embargo, el decorado no cambió lo más mínimo. El Eivissa no generaba ocasiones de peligro mientras Olcina dejaba pasar la oportunidad de sentenciar en el 53', tras una inmensa jugada individual con caño incluido.

Ante tal panorama, el preparador de los de Can Misses se vio obligado a retocar su esquema nuevamente, dando entrada a Jerry por Samir. Pero, otra vez, el susto llegó en la portería local, cuando Riau rozó de falta el segundo tanto che. Era el minuto 64. Uno más tarde, Olcina se coló en el área por la izquierda y José Antonio le ganó la partida en el mano a mano.

Todo cambió en el minuto 69, cuando Borja interceptó el balón con la mano dentro del área. Juan Carlos Sanz no perdonó desde el punto fatídico y la SE Eivissa empezó a creer en la remontada. Diop la pudo completar en el 72' en una gran jugada hilvanada, pero el esférico se marchó a córner.

El partido agonizaba y los dos equipos buscaban la victoria, uno para seguir vivo en Segunda B y otro para alejarse del puesto de promoción. En el tiempo de prolongación, Toledo falló a cinco metros del portero completamente solo. Igual de clara fue la ocasión que marraron Diop, que lanzó al cuerpo del portero, y Raúl Rodríguez, que tiró a las nubes con la portería desguarnecida, en el minuto 94. Cuando todos estaban listos para cantar el gol, la pelota se marchó incomprensiblemente al cielo y, con ella, la Segunda División B. Colorín, colorado...