Javier García-OchoaSEPANG

El británico Jenson Button (Brawn GP) cumplió con el pronóstico y consiguió la victoria en el Gran Premio de Malasia, pero la tormenta también y la carrera quedó suspendida en la vuelta 33 de las 56 a la que estaba programada, con Fernando Alonso (Renault) en undécima posición.

La posibilidad de que lloviera de forma torrencial se conocía desde la semana y la posibilidad de que se suspendiera la carrera por falta de luz también. Se había retrasado la salida a las 17 horas locales, y los pilotos, en su reunión del sábado habían pedido al director de carrera que en caso de que hubiera una tormenta, se suspendiera la carrera y no se neutralizaría tras el coche de seguridad.

Fernando Alonso podía haber terminado ayer en el podio. Había protagonizado un inicio de carrera sensacional que le llevó a la cuarta posición, manteniendo a raya al brasileño Rubens Barrichello (Brawn GP), al finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), al australiano Mark Webber (Red Bull-Renault) y al alemán Timo Glock (Toyota).

Pero cuando empezó a diseñarse la tormenta, en la vuelta dieciocho, el cielo se había ennegrecido y caían algunas gotas en una parte del circuito, cuando se disponía a entrar en garajes en la vigésimo primera para repostar y montar las ruedas de agua, cuando ya lo habían hecho la mayoría de sus rivales, con lo que se iba a ahorrar un parada, se encontró en una curva más mojada que el resto y se fue fuera de la pista.

Alonso logró controlar el coche, evitó que se quedara en la trampa de grava, pero perdió el fruto de su trabajo durante veinte vueltas.

La carrera se convirtió en una lotería desde la vuelta dieciocho cuando en Ferrari, a pesar de que solo caían algunas gotas, montaban a Raikkonen ruedas de lluvia extrema, porque el diluvio parecía inminente, pero cada vuelta que se retrasaba perdía veinte segundos con respecto a sus rivales.

El vencedor Jenson Button se detenía a la vuelta siguiente y seguía montando ruedas de seco. El desconcierto en los garajes era total, nadie sabía cuál era la elección ganadora, porque pasaban los minutos, pasaban las vueltas, y seguían cayendo pocas gotas de lluvia.

El alemán Timo Glock (Toyota) volaba en la pista con los intermedios y remontaba posiciones a un ritmo vertiginoso y eso hizo que casi todos los pilotos que habían montado ruedas de lluvia extrema, a pesar de que todavía no caía con fuerza, volvieran a detenerse para montar esa opción.

Button cambió los de seco por los extremos tres vueltas después de su primera parada, volvería de nuevo a parar para montar los intermedios en la 29 y por último en la 31 para de nuevo los extremos, lo que da una idea del desconcierto reinante en los equipos.

Alonso y la mayoría de los pilotos, a excepción del alemán Nick Heidfeld (BMW) que solo se detendría en una ocasión, lo que le dio el segundo puesto en el podio, lo hicieron en tres ocasiones, para pasar de extremos a intermedios y de intermedios a extremos.

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Cuando la tormenta comenzó a descargar con fuerza en la vuelta 31, la pista como estaba previsto se puso impracticable y los trompos y excursiones fuera de la pista fueron la nota dominante, salió el coche de seguridad a la pista, neutralizó la carrera y en la vuelta 33, cuando se había cumplido una hora, el director de carrera detenía la misma.

Las posibilidades de que se pudieran reanudar eran mínimas, no solo por la cantidad de agua que caía, sino por la falta de luz. Los pilotos, encabezados por Fernando Alonso y Mark Webber y secundados por el italiano Jarno Trulli (Toyota), no eran partidarios de seguir.

A los cincuenta minutos el director de carrera decidía dar por concluida la carrera de forma definitiva y como no se había cumplido el 75 por ciento de la distancia total, los ocho primeros clasificados recibirán la mitad de los puntos.

El gran perjudicado de la suspensión de la carrera con la bandera roja fue Timo Glock, que en la vuelta 32, una antes de que se suspendiera la prueba había adelantado a Heidfeld en la segunda posición y atacaba a Button para arrebatarle el liderato, pero al tomarse en cuenta la clasificación dos vueltas anteriores a la de la suspensión, retrocedía al tercer puesto, por delante de su compañero de equipo Trulli.

Jenson Button, ganador en Malasia, reconoció tras la carrera que acababa de vivir una de las jornadas más extrañas de su trayectoria deportiva. «Ha sido una carrera de locos, mi salida fue bastante mala porque no había calentado suficientemente los neumáticos y tenía un montón de sobreviraje. Pero me puse cuarto y logré adelantar a Alonso antes de completar la primera vuelta y en la primera parada para repostar a Truilli y Rosberg», señaló el británico, vencedor también la semana pasada también en Australia. «La elección de los neumáticos es muy difícil, porque aquí normalmente cuando llueve lo hace a cantaros, pero todas las paradas las hicimos en el momento adecuado», añadía.

J.G.O.SEPANG

Fernando Alonso declaró tras la suspensión de la carrera por lluvia y falta de luz, que es lo mejor que podían hacer. «Ha sido lo mejor que podían hacer, suspender la carrera, por seguridad y porque ya no había luz, Es una pena por el público que ha venido al circuito, pero ha sido mejor terminar así», apuntaba.

Alonso recordó que «ayer (el sábado) decía que si llovía nadie sabía lo que podía pasar y así ha sido. Acabó suspendiéndose la carrera y no pudimos coger ni arañar algún puntito. Es una pena porque después de la salida que habíamos hecho las cosas pintaban bien, pero al final quedamos en tierra de nadie».

Alonso se refirió también el controvertido KERS: «Hoy sí, la verdad que sí. Pulsé el botón nada más meter segunda, vi que tenía buena tracción, pude aprovechar los 80 caballos durante toda la recta, gasté los seis segundos en la salida y no me quedó más para el resto de la vuelta, pero mereció la pena porque fue el momento más excitante de la carrera», apuntaba.

Decisión equivocada

El asturiano comentó que «tomamos la decisión que creíamos apropiada. Cuando empezó a llover era el momento justo, porque era nuestra primera parada y todos tenían que hacer una segunda, pero aquí siempre que habíamos visto llover era igual, cuando caía la primera gota caía a continuación el mundo entero así que pusimos los neumáticos extremos esperando eso». Alonso abundó en el tema y recordó que «pusimos gasolina hasta el final en esa parada y claro: con los neumáticos de lluvias extrema, 95 kilos de gasolina y el asfalto sin mojarse del todo, los destrozamos en pocas vueltas. Ibamos demasiado lentos, entonces paramos a poner mixtos, en ese momento empezó a llover fuerte, entonces tuvimos que volver a parar.... Nos salimos demasiado del guión y empezamos a perder muchas posiciones». Sobre su salida de pista justo antes de la primera parada, Fernando Alonso dijo que: «estaban cayendo bastantes gotas, y cuando llegué a aquella curva estaba demasiado mojado para la velocidad a la que entré».