EfeMELBORUNE

La hora de despejar las incógnitas en la temporada en la que los Fórmula Uno han sufrido la mayor remodelación de la historia de la competición ha llegado con la disputa, a partir de hoy, del Gran Premio de Australia, en el que también se podrán ver las posibilidades de Fernando Alonso para conseguir su tercer título mundial.

Si hubiera que apostar por un vencedor para esta primera carrera de la temporada habría que hacerlo sobre los Brawn GP del británico Jenson Button y del brasileño Rubens Barrichello, los mas rápidos en las pruebas invernales, pero cuyo rendimiento en carrera es una incógnita.

Renault se presenta con los deberes hechos mejor que nunca, con un coche rápido y muy fiable, que será además uno de los pocos en utilizar el KERS, el acumulador de energía cinética que proporciona un suplemento de 80 caballos de potencia durante 6.6 segundos, que se pueden utilizar una sola vez por vuelta.

El KERS puede ser un elemento determinante en el campeonato, sobre todo en el inicio. Si va bien lo utilizarán todos los equipos, pero de momento para esta primera carrera tan sólo Renault, Ferrari y BMW, estos últimos quizás en sólo un coche, están dispuestos a utilizarlo y comprobar si es un elemento determinante o no.

Alonso, que venció en este Gran Premio en 2006, está convencido de que tiene coche para luchar por el podio y también para conseguir la victoria, pero lo que sí parece que ha logrado la nueva reglamentación es igualar las diferencias existentes, por lo que de una carrera a otra puede haber grandes variaciones en los primeros puestos.

Si los Brawn GP se presentan como favoritos, tras ellos Ferrari, Renault, BMW y Toyota han estado siempre muy igualados en tiempos durante las pruebas invernales.

Así pues Button y Barrichello con Brawn, Alonso, el brasileño Felipe Massa y el finlandés Kimi Raikkonen, con Ferrari, el polaco Robert Kubica (BMW) y el alemán Timo Glock y el italiano Jarno Trulli (Toyota) podrían aspirar a la victoria. Quién lo tiene mas difícil es el campeón del mundo Lewis Hamilton, cuyo Mclaren-Mercedes se ha mostrado muy lento durante todas las pruebas invernales y el sábado ya podría tener problemas, al igual que su compañero de equipo el finlandés Heikki Kovalainen, para entrar en la tercera y última parte de la sesión de clasificación.

Para conocer la legalidad, o no, de los difusores de los Brawn, Toyota y Williams, habrá que esperar al final de la carrera, tras la cual más de una escudería, como Red Bull, ha manifestado su intención de reclamar, con la intención de que se aclare el reglamento de una vez y que todos los coches puedan correr en igualdad de condiciones.

Los horarios de este Gran Premio de Australia se han alterado para favorecer las transmisiones de televisión en Europa y así hoy la primera sesión de entrenamientos libres será de 12,30 a 14,00 y la segunda de 16,30 a 18,00. Mañana la segunda sesión se realizará de 14,00 a 15,00 horas y la sesión de clasificación de 17,00 a 18,00 horas. La carrera se iniciará también a las 17,00 horas.

ReutersMELBOURNE

Los comisarios deportivos de la Fórmula Uno dieron ayer luz verde a Brawn GP, Toyota y Williams para correr en el Gran Premio de apertura de la temporada, en Australia, después de rechazar las protestas de tres equipos rivales.

Tras seis horas de deliberaciones en el circuito Albert Park, la Federación Internacional del Automóvil (FIA), entidad rectora de la categoría, dijo que las autoridades descartaron las protestas de Red Bull, Renault y el campeón Ferrari.

Las tres escuderías anunciaron inmediatamente su intención de apelar y un portavoz de la FIA dijo que el asunto será ahora tratado por una corte de apelaciones del organismo en París después de la disputa del Gran Premio de Malasia del mes próximo.

Brawn GP dominó con comodidad los ensayos de pretemporada, utilizando un auto que la mayoría de los otros 10 equipos cree que es ilegal, aunque la flamante escudería -que reemplaza a Honda- dijo que cumple con el reglamento del año 2009.

Toyota y Williams -que usa motores de la casa japonesa- se enfrentaron a acusaciones similares, luego de fabricar también coches nuevos con innovadores, aunque polémicos difusores traseros. Se trata de una parte clave que gobierna el flujo rápido y fluido del aire por debajo del auto para incrementar la fuerza descendente.

La controversia ha dado que hablar durante semanas y en cierta medida eclipsó la apertura de uno de los campeonatos más intrigantes de los últimos años.

«Obviamente, cuando vinimos aquí sabíamos que nuestros difusores estaban dentro del reglamento», expresó Ross Brawn, dueño del equipo Brawn GP.