Adrián fusila de nuevo. El delantero ibicenco (de adopción) Adrián Ramos fue ayer el protagonista del duelo a pesar de saltar al césped en la segunda mitad. El '16' de la Peña no marca desde el pasado 12 de diciembre frente al Dénia y ayer abrió la 'lata' en un partido que tenía visos de acabar sin goles Fotos: IRENE G. RUIZ

Rubén J. Palomo

La Peña Deportiva ganó ayer la primera gran final que le resta hasta que finalice la temporada en Segunda División B. El equipo que dirige Cristóbal Parralo se engancha a la liga gracias a los goles de Adrián Ramos (61') y de Buti (88'), jugadores que saltaron al césped en la segunda mitad y que enseñaron el camino del gol a un equipo que hasta ese momento no había hallado la manera de romper la nutrida defensa del Benidorm. Con este resultado la escuadra de Santa Eulària alcanza los 32 puntos y está a cuatro de la salvación que marca el Valencia Mestalla (tres puntos más el golaverage favorable a los valencianos).

Pero la victoria no fue, ni mucho menos, un camino de rosas para los peñistas. Cristóbal sorprendió con su alineación al dar entrada a Borja en el costado derecho. La apuesta no le funcionó al cordobés y el Benidorm se adueñó del cuero en los primeros quince minutos de partido. Los extremos alicantinos Ruano y Luismi Loro eran dos auténticas amenazas para los laterales de la Peña. A los nueve minutos los de Vicente Borge pudieron adelantarse en el marcador tras una rápida contra protagonizada por los dos interiores, pero Berto desbarató bajo palos.

Heredia y Carril volvieron a ser los dos hombres más adelantados del conjunto local. El gaditano aprovechó durante todo el encuentro su endiablada velocidad, y el primer aviso lo dio en el minuto 11 ganado la espalda a su marcador Morcillo. En el ecuador del choque, de nuevo Heredia entró en acción, esta vez por el perfil izquierdo. Ondina le sirvió en bandeja un balón que se le quedó en la zurda, su pierna menos buena. Tras recortar, disparó con la diestra, pero no encontró portería.

El plantel de la Villa del Río ponía más ímpetu que calidad, más corazón que cabeza. El Benidorm, por su parte, había creado una telaraña complicada de perforar, y en ataque sólo mordía a balón parado en las botas de Luismi Loro.

Cuando se cumplía la media hora de juego, Ondina sacó una falta lateral que encontró en el segundo palo a Derek. El francés cabeceó con dirección a gol, pero su compañero Neftalí, de espaldas, repelió el cuero. A cinco minutos para el dispendio Borja sorprendió entre líneas dando un pase al hueco a Tino, que llegó a línea de fondo y sirvió un centro que, sin embargo, no halló rematador.

La Peña apretaba, pero no era capaz de enlazar tres pases seguidos para quebrar la zaga rival. Los de Borge tampoco son unos virtuosos del balón, por lo que la primera mitad finalizó entre bostezos y el nerviosismo propio de un equipo necesitado de gol y victorias que no terminan de llegar.

En la reanudación volvió a parecer como protagonista Borja. El joven medio centro fue objetivo de derribo en el área. El colegiado, muy desacertado durante todo el encuentro, se echó el silbato a la boca, pero no se atrevió a pitar. A continuación Cristóbal movió el banquillo. Adrián Ramos entró en escena, y resultó decisivo. El joven delantero desplazó a Heredia al carril derecho y el equipo, por fin, estaba preparado para ganar. El gaditano recogió un balón en su costado, cedió a José Ruiz, que le doblaba por banda, y metió el esférico en el área. Tras un primer rechace, Adrián encontró el balón y fusiló sin piedad al guardameta rival (min. 61).

El Municipal, lleno hasta la bandera, estalló de alegría. Adrián, tras una voltereta en el área, corrió al banquillo para abrazar -y reconciliarse- con Cristóbal. El primer paso estaba dado, pero aún restaban 30 largos minutos para el término del encuentro.

Tres minutos después de los festejos el lateral José, impecable durante todo el partido, se comió un balón en la frontal del área, pero Neftalí acudió al rescate para rechazar el zurdazo de Luismi.

Los quince minutos posteriores se debatieron entre las pérdidas de tiempo de unos, las faltas de otros y los zambombazos al aire de los terceros. El Benidorm quería el balón, pero la Peña no le permitía retenerlo. En el 83' Luismi Loro botó otra falta lateral. El balón se paseó por el área sin encontrar rematador y Pociello, tirando de reflejos, detuvo en el segundo palo.

A dos minutos para el final Ondina sacó un córner y Buti, que había entrado en el 76', se elevó por encima de su marcador para establecer el 2-0 con un testarazo picado imparable. Era la sentencia, supuestamente, porque en Santa Eulària siempre hay que sufrir. El central Óscar, en el descuento, remachó un córner para recortar diferencias, pero el partido ya tenía vencedor y ése era, al fin, la Peña Deportiva.