Anna Gómez y Silvia Morales celebran el pase a la final. Foto: MARIO COBOS

Naia Fernández

En tierra de letras por excelencia como lo es Salamanca, el EBE Ibiza PDV se ha doctorado como equipo que se merece un sitio entre los grandes al conseguir el billete para la final de la Copa de la Reina al vencer en semifinales al Celta Indepo. El triunfo no tiene el mérito de dejar fuera al anfitrión ante cinco mil espectadores pero si que tiene más valor ya que por primera vez en la historia el conjunto balear disputará una final de Copa.

Ganar a un grande como el Perfumerías Avenida supone un subidón de moral y confianza extraordinario y eso lo evidenció el EBE Ibiza PDV desde el comienzo en el encuentro de semifinales ante el conjunto gallego.

Desde el salto inicial todo le salió bien al conjunto ibicenco. Las penetraciones de Morales terminaban en canasta, los triples de Alicia López entraban y el juego era fluido. Por si había dudas Johnson también dejaba clara su superioridad física y mayor control del ritmo del partido y eso tenía que tener un reflejo en el luminoso, el 11-4 en 4 minutos dejaba lugar a la esperanza. Todo iba bien para las pitiusas pero el primer punto de inflexión llegaba con la segunda falta personal de Lyttle que la llevó al banquillo a los 5 minutos de juego. Esto dejó tocado al EBE Ibiza, situación que aprovechó el Celta para recortar diferencias y situarse 16-14.

Pero, aunque Lyttle marca las diferencias y es la jugadora más determinante de la Liga Femenina, Jordi Fernández ha sabido explotar los puntos fuertes de su equipo, y entre Pirsic y Johnson consiguieron evitar que la ausencia de la pívot caribeña se notara. La base norteamericana desbordaba siempre a su par para acabar en bandeja (9 puntos en un serie inmaculada en tiros de campo en el primer cuarto). El primer cuarto acabó 23-18.

En el segundo asalto Lyttle volvió a la cancha y el cuarto arrancó con un parcial de 12-2 en poco más de 3 minutos de juego que coronaba Elsa Donaire con un triple (35-20). La lectura del juego por parte de las ibicencas era excelente, todo lo contrario le ocurría a un equipo gallego que veía cómo jugadoras como Blanca Marcos (2) o Beljanski (2) no contaban con el acierto de los cuartos de final y el 0/9 en triples era demoledor.

Miguel Méndez dispuso puntualmente una zona 2-3 que tuvo que abandonar por el acierto en los triples de Johnson (2/2). Recuperó entonces la defensa individual y colocó a sus dos interiores con más centímetros, Nicholls y Sliskovic para tratar de frenar a Lyttle. Precisamente un trabajo de anticipación de Nicholls provocó la tercera falta de la pívot ibicenca. Pero estaba Johnson que desmoralizaba con cada una de sus acciones y un triple suyo y una bandeja de López situaban el marcador en un inmejorable 44-26 (min. 20).

A la vuelta al partido Jordi Fernández dejó en el banquillo a su pareja de americanas y el Celta, un equipo descarado que se conjuró en el vestuario para intentar la remontada, comenzó a pulir diferencias hasta el 50-39 del minuto 24. Tiempo muerto de Fernández para recomponer al equipo pero el equipo celtiña ya había entrado en otra dinámica y logró situarse 50-41. Las pitusas necesitaban a todos sus efectivos y Lyttle, que no había sido ni la sombra del primer día, comenzó a meterse en el partido. El intercambio de canastas salió favorable al Celta que con dos triples, uno de Torrens y otro de Marcos y una acción de Sliskovic comprometían de nuevo la victoria balear (57-49, min. 28). Menos mal que cuando su equipo lo precisaba aparecía Johnson y serenaba los ánimos con el mejor valium posible, triples. Para afrontar el último cuarto 62-49 en el marcador.

Los nervios y las imprecisiones llegaron según se acercaba el final del encuentro. Las canastas llegaban con cuentagotas (65-51 min. 34) pero las celtiñas avisaban que venderían cara su derrota. Necesitaban sumar de tres en tres y dos triples de Gemma García dejaban la renta en +8 para el EBE Ibiza (67-59) a falta de 4 minutos para el final. El trabajo defensivo, tensando mucho las líneas de pase, permitió a las ibicencas llegar un final relativamente plácido. El sueño está alcanzado, ahora a disfrutar.