En un nuevo acto de prepotencia, el presidente del Eivissa, Pedro Ortega, declinó al término del encuentro ante el Sabadell ofrecer declaraciones a los medios escritos, mientras que sí contestó a las preguntas de la cadena SER. No es la primera vez que el máximo mandatario del club de Can Misses da con la puerta en las narices a determinados periodistas. Ortega pedía ayer en el editorial del suplemento SOM 12 (que publica este periódico) unidad: «Remar todos en la misma dirección para intentar llevar este barco a buen puerto». Su desprecio hacia los profesionales de la información, que realizamos nuestro trabajo desde la objetividad y no desde la sumisión, no hace sino desacreditar la función de un mandatario que discrimina y menosprecia a los medios. Sus mensajes bien intencionados caen en saco roto, pues sus actos sólo corroboran que no está a la altura de dirigir un club de Segunda División B, por mucho dinero que haya invertido en él.

RUBÉN J. PALOMO