El atleta del CA Pitiús Ouais Zitane se proclamó vencedor de la Pujada a la Catedral 2008. Foto: MARCO TORRES

Ouais Zitane y Atteneri Tur se proclamaron campeones de la última prueba del año, la tradicional Pujada a la Catedral, que este miércoles cumplía su vigésimo novena edición y en la que tomaron la salida un total de 263 corredores. El atleta marroquí estrenaba de esta forma su palmarés en la competición, mientras que la ibicenca consiguió su segunda victoria para cerrar 2008 de la mejor forma posible.

Zitane, que participaba por primera vez en la Pujada, era el principal favorito en la categoría masculina. El marroquí, incorporado el recién concluido año a la disciplina del Club Atletisme Pitiús, se ha ganado una merecida fama en las pruebas de fondo disputadas en los últimos meses en la isla. Su principal rival, a priori, era su compatriota Anouar Dabab, también otro debutante, aunque en la lucha entre los dos finalmente se metió de por medio el ibicenco Toni Tugores, todo un clásico en la prueba y que repitió podio por quinto año consecutivo. «La carrera tiene muchas cuestas y he visto a todo el mundo sufriendo, aunque para mí no ha sido especialmente dura. Había una dura competencia con Dabab por entrar primero él o yo, aunque mi objetivo era ganar la prueba como preparación», reconoce Zitane.

En la prueba femenina el pulso era entre Sara Cardona y Atteneri Tur, las ganadoras de las dos últimas ediciones. En principio todas las apuestas apuntaban a Cardona, aunque Atteneri dio la campanada superando a su compañera en los últimos metros de la carrera. «No me esperaba superar a Sara, porque en la segunda carrera que hago en meses. Este año me perdí casi toda la temporada por lesión y la verdad es que vencer aquí es un aliciente de cara al próximo año. En la carrera decidí reservarme para las cuestas y en la última curva me dije que ahora o nunca. Fui a por todas y acabé logrando el triunfo. Estoy muy satisfecha», relató la atleta del Pitiús.

Siete minutos

La competición, un año mas, duró apenas un suspiro. Por lo menos para los espectadores, porque los atletas tuvieron que sufrir y mucho en los últimos metros de una subida a la Catedral que no es indicada para los flojos de piernas. La salida se dio puntual a las 16'30 y apenas siete minutos después ya entraban en la linea de meta los primeros corredores. Como era de esperar, Zitane y Dabab tomaron el mando y tiraron de los demás desde el primer momento. Los dos atletas llegaron juntos hasta el tramo de Dalt Vila, donde se escapó definitivamente Zitane, que ganó con una marca de 7 minutos y 15 segundos. Tugores, mas experimentado, espero que Dabab aflojara en las ultimas cuestas para arrebatarle el segundo puesto, llegando ambos a la linea de meta con un tiempo de 7'29'' y 7'39'', respectivamente.

Algo parecido ocurrió en la carrera femenina. Cardona fue por delante desde el principio, con Atteneri esperando su oportunidad para dar el golpe definitivo, algo que ocurrió prácticamente en la última curva. La diferencia fue de sólo cinco segundos, con un tiempo de 8'54'' para la primera y de 8'59'' para la segunda, mientras que Anabella Castaño fue tercera con 10'10''. Eso significaba que el podio tanto en la prueba masculina como femenina fue absolutamente del CA Pitiús, organizador de la carrera. De esta forma todo se queda en casa.

Disfraces

Pero si por algo destaca la Pujada a la Catedral es por su ambiente festivo y casi familiar. En la carrera se pudo ver desde a Spiderman hasta a jugadores de la selección española con la portería a cuestas e, incluso, a las tradicionales uvas de Nochevieja. Disfraces la mayoría de ellos muy originales pero no precisamente muy cómodos para correr. Quizá esa dificultad añadida es lo que valoró la organización para conceder el premio al mejor disfraz a Las Uvas, seguido de Aragonés y sus muchachos y, en tercer lugar, de Los Chinos. La entrega de trofeos, en el Paseo Vara de Rey, empezó a las 18'15 horas. Después había el tiempo justo para cambiarse y empezar a pensar en la cena y las campanadas. Hasta el año que viene.