Raúl Rodríguez saca con decisión un balón de su zona presionado por un rival. Foto: IRENE G. RUIZ

Oxígeno. Eso fue lo que tomó la SE Eivissa tras doblegar al Gavà en la tarde ayer. Eso sí, todavía sigue sin respirar tranquila, puesto que continúa en la zona de descenso. Sin embargo, se atisban tiempos de esperanza después de que el conjunto de Quique Yagüe se reencontrara con la victoria 64 días después de la última -el 27 de septiembre ante el Atlètic Balears- y se mantuviera invicto por cuarta jornada consecutiva.

El técnico abulense parece haber sabido reconducir el rumbo de un barco que se hundía como el mismísimo Titanic, dotándole, sobre todo, de una solidez defensiva que no se había visto hasta la fecha. Tres goles encajados en cuatro jornadas hablan por sí solos de la mejoría del cuadro de Can Misses. Además, Yagüe ya ha dejado prácticamente perfilado su once tipo. Tan solo el doble pivote le ha generado dudas hasta el momento, pero la buena actuación de Raúl Garrido las ha despejado.

A la SE Eivissa le bastaron dos zarpazos en apenas minuto y medio (entre el 35' y el 36') para encarrilar un triunfo que en ningún momento peligró. Desde el principio se mostró superior. Eso sí, el dominio no era tampoco aplastante, porque delante estaba un bien posicionado Gavà, que acabó acusando las bajas.

La primera gran ocasión del encuentro se produjo en el minuto 18; Pisano recortó al defensor en el extremo del área y lanzó un disparo raso que se estrelló en la cepa del palo. Los catalanes replicaron en dos disparos lejanos sin aparente peligro, pero la inseguridad de Manu estuvo a punto de suponer una desgracia.

Cuando más igualadas estaban las fuerzas, el equipo de Quique Yagüe dio un giro radical al encuentro con dos goles en menos de dos minutos. Primero, Joan Castillo marcó a placer después de recoger un balón cabeceado al larguero por Pisano a la salida de un córner; después, Àngel Sánchez se metió hasta la cocina por el centro de la zaga tras combinar con el delantero italoalemán y el despeje del portero recaló en las botas de Raúl Garrido, que no perdonó el 2-0. El veterano centrocampista se fue a celebrarlo a la banda con la grada, agarrando con fuerza su camiseta y reivindicando un puesto de titular tras un arranque de temporada en el que había pasado desapercibido.

El Gavà se vino abajo. Estaba noqueado y no sabía qué hacer para reaccionar. De hecho, estuvo a punto de encajar un nuevo tanto a la salida de un córner envenenado de Àngel Sánchez, pero supo aguantar el 2-0 hasta el descanso.

Tras el asueto, el juego de la SE Eivissa incluso mejoró, pero, paradójicamente, el peligro lo creaba el cuadro visitante. En apenas cinco minutos, Keko dispuso de dos oportunidades para recortar distancias. Tras probar fortuna en un disparo desde la frontal que se marchó a las nubes, falló una ocasión inmejorable en el área pequeña mientras pugnaba con Joan Castillo por la posición.

Los rojillos se pusieron entonces el mono de trabajo, especialmente Àngel Sánchez y Pisano. El canario lo intentó con un disparo colocado que mandó el portero a córner en el minuto 54, y el italoalemán se escapó como un rayo por la derecha para servir un balón en bandeja a Sanz, quien lanzó a las nubes con la pierna derecha. Como es zurdo, no hay nada más que decir.

Ya se sabe que quien perdona lo acaba pagando, y el Gavà, en el minuto 64, se metió en el partido gracias a un cabezazo del ex jugador del Eivissa Gimeno en una jugada de estrategia. Lejos de amilanarse, los locales reaccionaron rápidamente y, un minuto más tarde, Joan Castillo volvió a poner tierra de por medio con un testarazo tras un saque de esquina botado por Àngel.

Ahí murieron las esperanzas de los catalanes de sacar algo positivo en Can Misses, donde el juego decayó y el marcador no sufrió más cambios. La SE Eivissa abandonó así el farolillo rojo y vuelve a ver la luz al final del túnel.