Efe/C. VidalTOKIO

El equipo español de kárate finalizó la primera jornada del Mundial de Kárate que se celebra desde ayer en Tokio con un sabor agridulce, tras alzarse con dos medallas, una de plata y otra de bronce. En kumite femenino por equipos, con la presencia de la ibicenca Irene Colomar, España volvió a repetir el segundo puesto de Monterrey 2004 y Tampere 2006 después de perder en una final polémica con Alemania. La otra medalla en la jornada inaurugal fue el bronce en kata femenino por equipos.

«Ahora mismo tenemos un sentimiento agridulce. Conseguir una plata en campeonato del mundo no es fácil, pero estamos dolidas porque se nos acaba de escapar el oro de las manos en los últimos segundos», afirmó ayer Carmen Vicente, una de las karatekas españolas del equipo femenino de kumite.

Tras perder en la final contra Alemania, la canaria destacó además que una de las decisiones arbitrales durante el segundo combate «fue muy brusca para un campeonato del mundo».

En el segundo combate los árbitros decidieron por consenso amonestar a las españolas y otorgar un punto a Alemania en un momento en que las dos karatekas que competían se agarraban mutuamente.

Su compañera de equipo, la ibicenca Irene Colomar, se quejó también del arbitraje y dijo que había habido «apreciaciones muy subjetivas», pero que a pesar de la derrota y «el mal cuerpo» quería mirar el resultado de «forma positiva» porque ya llevan cinco finales seguidas y eso demuestra «el nivel alto» en el que se encuentran.

Lino Gómez, seleccionador nacional, también se sumó a la decepción de las competidoras y se lamentó por la actuación arbitral. «Me quejo totalmente del arbitraje», afirmó Gómez. Las españolas derrotaron a Estados Unidos (2-1), Kazajastán (2-0), Suiza (2-1), Francia (2-0) y Brasil (2-0), pero no pudieron en la final con las germanas que se impusieron por 2-1.

En el caso del bronce en kata femenino, las españolas se mostraron contentas por revalidar el mismo puesto obtenido en el último mundial, celebrado en Tampere (Finlandia) en 2006. Sin embargo señalaron que les había «sabido a poco», sobre todo después de haber perdido contra Japón, el país anfitrión del campeonato, su posibilidad de llegar a la final.