La pívot Rima Margaviciuté lucha un balón en el pasado encuentro ante el Hondarribia.

Àrea 11

El EBE Ibiza PDV sumó su segunda victoria consecutiva en una cancha tan complicada como es la de Extrugasa de Vilagarcía. Mismo escenario en el que el año pasado las baleares perdieron por 18 puntos de diferencia. Tras un partido muy igualado el partido tomó color visitante y el Ibiza se coloca con dos victorias y dos derrotas en la clasificación. Jordi Fernández se tomó la revancha ante su primogénito Isaac y logró la primera victoria del equipo a domicilio.

Tras los primeros compases todo hacía indicar que se repetiría la historia, el letargo defensivo del que hizo gala el equipo de Jordi Fernández en el primer cuarto validaba las opciones de triunfo de un equipo gallego que parecía más entero que su rival.

Fruto de ello, llegaron los 14 puntos con los que finalizaron las locales el primer periodo, marca que a la postre sería la más alta de los cuatro parciales del encuentro.

Jordi Fernández buscó en el banquillo las rotaciones que hiciesen reaccionar a su equipo. Decisión que acertada porque la fluidez anotadora empezó a ser nota característica de su ataque.

En una tónica general de despropósitos, se llegó al ecuador del encuentro en el que hasta el marcador parecía ponerse de acuerdo para dificultar la elección del equipo menos malo de los dos que estaban sobre la cancha. El 27-27 que campeaba en los guarismos era el mejor exponente del aburrimiento generalizado que se extendía por la gradas de Fuentecarmoa.

El panorama se tornó de claro color visitante a medida que avanzaba el tercer período. El Extruasa seguía pecando de total desacierto a la par que el equilibrio entre su perímetro y sus interiores lució por su ausencia. El juego de Margeviciuté empezaba a tener una influencia decisiva en el desarrollo del choque. Con un 36-44 dio comienzo el cuarto definitivo en el que las tornas no cambiaron. Las locales seguían sin encontrar el rumbo mientras que las visitantes sin excesivos alardes se encomendaron a la calidad de Silvia Morales para mantener una cómoda ventaja en el marcador. Extruasa seguía tirando de garra ante su falta de recursos, pero en este caso la batalla la ganó la calidad por lo que el Ibiza no pasó apuros y en el último cuarto se aseguró un triunfo en un partido que encerraba la curiosa anécdota del duelo paterno-filial en los banquillos entre hijo Isaac Fernández y el padre Jordi Fernández.

La conclusión de la diferencia entre ambos conjuntos se puede extraer de la aportación de las jugadoras no titulares. Las locales aportaron 13 puntos mientras que las visitantes anotaron 25. Es decir 12 puntos de diferencia que al final fueron los mismos que se reflejaron en el marcador definitivo 44-56.

Las jugadoras más destacadas del encuentro fueron Silvia Morales, que fue determinante en el tramo final del partido, y Margeviciuté que hizo 13. En la próxima jornada, el equipo de Jordi Fernández se enfrentará al equipo de Soller en el derbi balear, que tendrá su emplazamiento en el pabellón de Santa Eulária.