ESPAÑA 74

REPÚBLICA CHECA 55

ESPAÑA (15+13+30+16): Anna Montaña (20), Elisa Aguilar (8), Alba Torrens (5), Lucila Pascua (7), Laia Palau (4) -cinco inicial-, Amaya Valdemoro (13), Isa Sánchez (10), Cindy Lima (5), Tamara Abalde (2), Núria Martínez (0) y María Revuelto (0).

20 de 34 en tiros de dos puntos, 7 de 20 en triples y 13 de 19 en tiros libres. 34 rebotes (26 defensivos y 8 ofensivos) y 16 faltas personales.

REPÚBLICA CHECA (21+06+11+17): Eva Viteckova (12), Hana Machova (11), Jana Vesela (9), Ivana Vecerova (6), Petra Kulichova (5) -cinco inicial-, Michala Hartigova (5), Marketa Mokrosova (4), Katerina Elhotova (3), Michaela Uhrova (0) y Edita Sujanova (0).

15 de 33 en tiros de dos puntos, 4 de 21 en triples y 13 de 19 en tiros libres. 29 rebotes (18 defensivos y 11 ofensivos) y 20 faltas personales.

Àrbitros: Carl Jungbrand (FIN), Susan Blauch (USA) y Abdellilah Chlif (MAR). Eliminaron por cinco faltas personales a la checa Vesela.

Fernando Fernández

Alba Torrens y sus compañeras ya miran a cuartos. El rival es una incógnita. España hizo lo que tocaba, sumó su segunda victoria, lo hizo de manera holgada (74-55) y siembra en vistas a un posible triple empate con la propia República Checa y China que podría reportarles el segundo puesto. Ahora toca Estados Unidos (mañana, 14:00, hora española), y después llegará el plácido cierre ante Mali. Pero ayer, las de Evaristo Pérez certificaron que vuelven a ser las jugadoras que demostraron ser en el pasado Preolímpico de Madrid.

Fue una victoria fraguada en la defensa, en el trabajo colectivo y en la rehabilitación de una Amaya Valdemoro que volvió a entrar en serio en la rotación. Anotó (13 puntos), reboteó (3 capturas) y fue generosa (4 asistencias). Eso lo notó el resto de la selección, que mostró sus armas interiores y vio como Anna Montañana firmaba el partido perfecto.

Y eso que las cosas se torcieron en un inicio plagado de dudas. La República Checa golpeaba primero con un parcial de 4-14 que ponía el 11-20 en el electrónico. Nervios, volvían los fantasmas de China. Valdemoro pedía intensidad, y la República Checa, un equipo muy diferente del que se proclamó campeón de Europa en 2005, bajó los brazos. Antes, se permitió vivir de rentas hasta el final del primer cuarto (15-21), para naufragar en el segundo. Las discípulas de Brobovsky sólo fueron capaces de anotar seis puntos en el segundo periodo y España empezó a creer que apretándoles las tuercas, el triunfo iba a ser cuestión de tiempo.

No iban equivocadas, aunque costó ponerse de nuevo por delante en el electrónico (28-27 al descanso) tras una remontada que tuvo continuidad en un tercer parcial que acabó por enterrar las opciones de las checas, agotadas físicamente y limitadas a un quinteto que no resistió más de veinte minutos el ritmo que imprimió España al choque.

Torrens dosificaba su presencia en pista. Fue el partido más discreto para la estadística de la alero de Binissalem en lo que llevamos de competición (5 puntos y 1 rebote en diez minutos, saliendo en el cinco inicial). En el día de Montañana y el reencuentro con Valdemoro, España infló el colchón hasta los veinte puntos (58-38, minuto 30). La importancia de los coeficientes y los enfrentamientos directos obligó a mantener la tensión en un último cuarto en el que las checas lo intentaron, llegando a reducir la desventaja a doce (65-53), pero un nuevo arreón español dejó las cosas en su sitio y multiplica las expectativas de un equipo que se mete en el bolsillo el billete para cuartos, pero aguarda conocer su destino final en un cruce en el que evitar a Rusia o Australia permite soñar con las semifinales. Y, de paso, con las medallas.

El combinado nacional que entrena Evaristo Pérez mañana se medirá a Estados Unidos y concluirá la primera fase ante Mali, con la intención de asegurar la segunda posición que sostiene en estos momentos y evitar un rival duro en el cruce.