Efe/C. Montes de Oca PALMA

El Mallorca cambia de manos y de acento. En una operación relámpago, diseñada casi bajo secreto de sumario, Vicenç Grande alcanzó ayer un principio de acuerdo para vender su paquete accionarial, que ronda el 93%, al empresario inglés Paul Davidson. El preacuerdo debe quedar formalizado antes del próximo día 1 de septiembre, después de una due diligence (una auditoría) que cuantificará la oferta económica del grupo inversor. La cifra por el traspaso accionarial ronda los 42 millones de euros. Será la cuarta vez en los últimos quince años en los que el club balear cambia de propietario.

En 1995, el Grupo Zeta, presidido por el fallecido empresario Antonio Asensio, se hizo con el control de la mayoría de acciones del Mallorca, en poder del médico mallorquín Miguel Dalmau, que culminó dos años más tarde, y con el doctor Bartolomé Beltrán en la presidencia, con el ascenso a Primera división.

La época del Grupo Zeta como accionista principal coincidió con los mejores años del club balear, que con el argentino Héctor Cúper en el banquillo conquistó una Supercopa, disputó la Liga de Campeones y fue finalista de la Copa del Rey.

En 2003, el empresario mallorquín Bartolomé Cursachs se convirtió en el nuevo accionista principal del Mallorca, aunque pocos meses después, vendió parte de sus acciones a Vicente Grande y Miquel Vaquer, aunque la familia Asensio seguía detentando el 20 por ciento del capital social.

A partir de ese momento, con Mateo Alemany en la presidencia, Grande fue ganando protagonismo hasta llegar a controlar el 93,6 por ciento del capital social a través de una sociedad -Binipuntiró- inmersa en un proceso de concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos).

Precisamente, los problemas económicos de Grande, que presentó un concurso voluntario sobre catorce de sus empresas (Grupo Drac) y de su patrimonio personal con un pasivo de 600 millones de euros, han influido de forma poderosa en su decisión de vender sus acciones.

Si prospera el preacuerdo, ésta sería la primera ocasión en que el Mallorca, fundado en 1916, pasa a ser controlado por capital extranjero.

La operación se realiza «con la firme voluntad de mantener y mejorar el posicionamiento de la entidad (el Mallorca) en la elite del fútbol español y europeo», según el comunicado hecho público ayer por el Grupo Drac.