Cadel Evans (Silence), el ruso Denis Menchov (Rabobank) y el español Carlos Sastre (CSC) acaparan los pronósticos en el cartel de favoritos del Tour, que disfrutó en Pau de la primera jornada de descanso después de dos pirenaicas que relegaron a dos ilustres, Alejandro Valverde y Oscar Pereiro a la función de cazaetapas. Una jornada de descanso marcada por la renuncia a la licencia ProTour y el anuncio de los diecisiete equipos profesionales de un acuerdo con los organizadores de las tres grandes vueltas para poner en marcha un nuevo proyecto común, al que invitaron a sumarse a la Unión Ciclista Internacional.
Mientras, el Tour respira abierto, con resultado incierto y no exento de polémica en su primera mitad, recuperó fuerzas con Evans envuelto en la prenda dorada por un solo segundo y la nómina de favoritos reducida por los rigores de los puertos pirenaicos, sobre todo del Tourmalet y del Hautacam, donde Valverde, después de un comienzo pletórico con victoria en la primera etapa y liderato, se dejó las fuerzas y las opciones al primer peldaño del cajón.
Evans cumplió su papel de estar «siempre ahí», regular y constante, a pesar de la costalada al pie del Peyesourde que le dejó maltrecho. Con escaso equipo se encuentra al frente con una jauría de rivales dispuesta a alterar los vaticinios que le dan por unanimidad como candidato número uno. El CSC de Sastre será su tormento, con la doble baza del español y del luxemburgués Frank Schleck, el conquistado del Alpe D'Huez en 2006, a un segundo del «aussie».
Cabe destacar que ayer todos los equipos menos el Astana, excluido del Tour por los organizadores, aseguran que «trabajan para desarrollar un nuevo sistema de organización del ciclismo profesional» para sustituir al puesto en marcha por la UCI en 2004 y que nunca ha contado con el respaldo de las tres grandes vueltas.
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