Gustavo L. Sirvent
Ana Ferrer aterrizó ayer en Eivissa con la medalla de plata del Europeo juvenil de balonmano femenino colgada en su cuello. Cansada por el viaje, pero feliz por el resultado obtenido por España, la ibicenca no daba crédito al hecho de lograr esta presea. «No me lo creo, porque lo veía tan lejos que no lo he asimilado», afirma.

El combinado nacional jugó la final frente a Francia en un choque que perdieron por 20-30. A juicio de la jugadora del EBE Promociones Puchi, les faltó «concentración desde el principio». «No estábamos metidas en el partido, teníamos mucho cansancio de los partidos anteriores y la presión por jugar la final», argumenta.

La central ibicenca ha recibido felicitaciones de todo tipo, pero la que más ilusión le ha hecho ha sido la del seleccionador, Jenaro Félix. «Es difícil que nos felicite porque es muy estricto y nos felicitó», apunta Ana Ferrer, que sigue teniendo problemas en su rodilla derecha, pero que «con descanso se irá todo», apostilla.