Los ex jugadores del Eivissa en la temporada 77-78 posan en las gradas de Can Misses en la típica foto de familia.

Gustavo L. Sirvent
El reloj de la vida no pasa en balde. A unos, las nieves del tiempo les cubren la sien; a otros no tanto. Unos conservan la línea y la mayoría visten con resignación la curva de la felicidad.

Todos recuerdan con cariño las anécdotas, de las que podrían departir durante horas: «¿Os acordáis cuando nos encontramos un muerto en la habitación de un hotel de Córdoba?», dice Juan Ramón, ¿y cuando José compró por encargo un reloj de cuco en Ceuta y luego en el barco, que se movía muchísimo, iba con él arriba y abajo y parecía Jesucristo? Luego encima lo perdió en el aeropuerto de Málaga», señala entre risas Vega.

Son los artífices del primer ascenso a Segunda B de la Sociedad Deportiva Eivissa en la temporada 1977-1978, que ayer se reunieron en Can Misses para rememorar viejas hazañas y conocer de primera mano cuáles serán los actos del club rojillo en su 50 aniversario y el proyecto del club. Ellos serán los primeros homenajeados en el intermedio del partido entre el Eivissa y el Margaritense.

Luis, Vega, José, Miguelín, Juan Ramón, Alberto, Arturo, Tejada, Ramírez, Toni Arabí, Oliver, Ricardo y el capitán Sevillano se congratularon de volverse a juntar tras treinta años.

Fue contra el Alzira cuando lograron la gesta y fue tras empatar a cero en el último partido de la competición liguera. Además, presumen con orgullo de no haber descendido tras el ascenso. «No nos dieron ni un duro por subir», comenta Sevillano, que tuvo la réplica de Juan Ramón: «Nos pasearon por toda la isla y todos los coches en los que íbamos se quedaron sin bocina», recuerda.

Las diferencias de aquel fútbol de antaño con el actual se notan en las instalaciones, según ellos: «Jugábamos sobre hierba en el campo de la calle Canarias, que sólo tuvo césped en los cinco primeros partidos de Liga», señala el capitán.

Dicen que siguen la evolución del grupo que dirige Luis Elcacho y creen que «este año puede ser el del ascenso. Están en camino», resaltó Luis.

Lamentan que en aquella época no se pagara el dinero que se paga ahora por jugar, pero se quedan con el fútbol de su época: «La calidad de antes era la misma que ahora, aunque éramos más físicos», resaltan varios.

La segunda parte que han de disputar el Manacor y el Eivissa tras la suspensión del pasado domingo por la lluvia va camino de convertirse en un culebrón.

Ayer, cuando ambas partes acordaron jugar la festividad de jueves santo (5 de abril), el club mallorquín comunicó que no podía ser ese día porque van a cambiar el césped de su campo.

Los dirigentes de uno y otro club se han vuelto a citar hoy para negociar una nueva fecha que convenza a ambos equipos y jugar los cuarenta y cinco minutos que restan donde los hombres que dirige Luis Elcacho deberán remontar un 1-0 adverso que arrastran del pasado domingo.