Europa Press |MADRID
Real Madrid y Bayern Munich, dos de los grandes equipos europeos, que naufragan en sus respectivas competiciones domésticas, confían en mudar radicalmente su momento de juego y aferrarse a la habitual magia que se vive en las noche europeas para mostrar su mejor cara al mundo. Ambos ocupan la cuarta plaza en sus ligas, han comenzado 2007 generando las mismas y peligrosas dudas, pero están convencidos de que el regreso de Europa significará también la vuelta de los buenos resultados.

Ateniéndose a sólo a los resultados y al mal momento de juego de ambos, que vienen de empatar en casa ante el Betis y de perder en el estadio del Alemania Aachen (1-0), receptivamente, precisamente los mismos rivales que les apearon de la Copa, el partido se presentaría como una película soporífera, con pocas ocasiones, aún menos goles y un aburrimiento sin parangón. Pero Europa es otra historia. La afición madridista de las noches europeas es diferente y aunque la época de las históricas remontadas y el miedo escénico quedó muy atrás, público y jugadores blancos se hermanarán para tratar de sacar el resultado adelante.