Efe |SEVILLA
El Betis-Barcelona que cierra hoy la primera vuelta de la Liga después de que se aplazara en su día por la participación de los azulgranas en el Mundial de Clubes, reúne a un equipo local con la necesidad de ganar para salir del descenso y a un visitante con la intención de consolidar el liderato.

La llegada del francés Luis Fernández, que entrena al equipo bético desde principios en sustitución de Javier Irureta, no ha enderezado el rumbo de la manera esperada ya que los resultados positivos y negativos se han alternado. Con el galo, el Betis le ganó en la Liga al Celta (1-0), pero posteriormente cayó con contundencia en Pamplona (5-1) y no pasó del empate en casa frente al Racing (1-1).

Fernández no podrán jugar los defensas Damiá Abella y el uruguayo Alejandro Lembo y el extremo alemán David Odonkor, los tres lesionados de larga duración. A ellos se une el medio punta brasileño Edu, que deberá estar como mínimo también toda esta semana de tratamiento.

El Barça, a su vez, intentará asegurarse el liderato en solitario de la Liga. Para ello necesita puntuar, con lo que desharía el empate que mantiene con el Sevilla y Real Madrid al frente de la tabla. A pesar de ello, los mensajes que se emiten desde Barcelona son contradictorios. Mientras que parte de la plantilla admite que el equipo no está a su mejor nivel, tal y como han reconocido en público Xavi y Víctor Valdés, el presidente, Joan Laporta, valora «la madurez del juego del equipo», capaz de ganar sin realizar un buen fútbol.