El Puig den Valls se estrenó en la Copa de la Reina en el año 2003 en Zaragoza.

D. Azagra
A pesar de clasificarse en el último suspiro y entrar como octavo clasificado, el EBE-PDV sueña con hacer algo importante en la Copa de la Reina que se celebra del 5 al 7 de enero en Jerez de la Frontera. Y para empezar la fortuna debe aliarse con el club de Santa Eulária desde este mismo mediodía, que será cuando se celebre el sorteo de los cuartos final de la competición copera. Los cuatro primeros de la liga (Ros Casares, Perfumerías Avenida, Arranz Burgos y Hondarribia Irún) parten como cabezas de serie ante los cuatro siguientes (Extrugasa, Barcelona, Rivas Futura y EBE-PDV Santa Eulària).

Para el Puig den Valls esta será su tercera participación en la Copa de la Reina. Su debut fue en la temporada 2002/2003, en Zaragoza, el año de su estreno en la máxima categoría. «Tenemos un gran recuerdo, íbamos quintos en la liga y estábamos haciendo una gran temporada. Jugamos ante al Caja Rural Canarias y nos ganaron bien (81-50)», apunta Víctor Torres, que recuerda que el equipo canario fue su auténtica bestia negra. «Aquella temporada jugamos cinco encuentros contra ellas y perdimos los cinco, entre ellos los del play off por el título». De todas formas, aquella primera experiencia fue imborrable para el club de Santa Eulària.

«Sin menospreciar a los demás creo que el Ros Casares es el más difícil, por eso si lo evitamos en el sorteo tendremos más opciones, aunque los otros tres son muy complicados», asegura Víctor Torres, director deportivo del EBE-PDV, que no obstante recuerda que en una competición como ésta «no hay favoritos claros y siempre está abierta a las sorpresas».