20/11/06 0:00
Fue un ejercicio de suficiencia, un tímido despliegue de medios. Al Barça no le hizo falta mucho más. El equipo de Rijkaard racionó la gasolina sin excesivo disimulo en Mallorca y pasó por encima de su adversario con un par de golpes de Gudjohnsen. Cuestionado durante los últimos días, el atacante islandés se reivindicó con un par de detalles de nueve clásico. Primero aprovechó un desajuste de la defensa balear y después optimizó un milimétrico centro de Iniesta para dejar en evidencia a Varela y Ballesteros. El grupo de Manzano nunca se repuso a la fusta de Gudjohnsen, entre otras cosas, porque fue muy previsible. Plano, casi siempre.
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