Julien, jugador de la SD Eivissa, remata un balón de cabeza en el partido del domingo ante el Ciutadella. Foto: G.G.LAMA

I.Muñoz/C.Vidal
Julien Hornuss y Jon Zubero, jugadores del Eivissa y la Peña Deportiva, están de enhorabuena. Aunque sus casos son distintos, ambos futbolistas volvieron a sentir el domingo la sensación de batir al portero rival, algo que para los delanteros es tan vital como el comer.

Los siete goles firmados por el francés del conjunto bermellón en las cinco primeras jornadas del campeonato supusieron un arranque espectacular que llamó la atención incluso fuera de la isla. Pero la estrella de Julien pareció apagarse el 24 de septiembre, día en el que un tanto suyo sirvió para que el Eivissa se impusiera en casa ante el Manacor. Desde entonces, el galo no había vuelto a ver portería a pesar de ser fijo en la alineación titular de Luis Elcacho, con la única excepción del partido contra el Sporting Mahonés de hace nueve días debido a una lesión. Él mismo reconoce que cuando consiguió batir a Jesús el pasado domingo sintió un gran alivio: «Me siento bien por haber recuperado mi dirección y porque había estado trabajando mucho con el fisio para estar al cien por cien, aunque de lo que más me alegro es de que el equipo consiguiera otros tres puntos e hiciera el mejor juego de la temporada». Julien no llega a decir que estuviera preocupado por haber perdido la senda del gol -«el comienzo de temporada había sido muy fuerte, con una racha muy buena, por eso es normal que baje el ritmo. Incluso el 'míster' me dijo que era difícil seguir así»- pero reconoce que se quita un peso de encima: «Mucha gente piensa que vas a seguir siempre con la misma media y se empieza a preguntar qué te pasa. Esto me quita presión».

Más extremo era el caso de Jon Zubero y de la Peña Deportiva. El delantero vasco había sido fichado para resolver los problemas con el gol del actual campeón de liga, pero hasta el momento no se había estrenado como goleador en toda la temporada. Todo cambió en el partido ante el Montuïri de este domingo. Zubero abrió la cuenta en el minuto 38 y rompió una sequía de su equipo de 347 minutos sin anotar. «No es que estuviese preocupado, aunque sí es una situación incómoda, porque a un delantero se le exigen goles y yo todavía no me había estrenado. Espero que este gol me dé más confianza y que empiecen a entrar a partir de ahora», declara el jugador.