El piloto vasco, a los mandos de un Audi A4, volvió a imponerse en la segunda jornada de la prueba. Foto: GERMÁN G. LAMA

Iván Muñoz
Andrés Vilariño volvió a no tener rival en la segunda jornada de la XXII Pujada Illa d'Eivissa. El piloto volvió a deleitar a bordo de su Audi A4 ST a las cerca de 8.000 personas que se dieron cita a lo largo de los 4.000 metros de los que consta el recorrido, tal y como hiciera en la primera jornada. Y eso que las cosas no le fueron tan bien como el sábado. Tras batir el récord de tiempo de la prueba en lo que a turismos se refiere, el piloto vasco había anunciado su intención de reducir todavía en un segundo la marca recién lograda por él mismo debido a que en el último tramo había cometido un pequeño fallo. Parecía posible durante los entrenamientos, porque el crono logrado en una de las mangas andaba algo por debajo de los 2'17''650 en los que se había parado el día anterior. Incluso muchos lo dieron por hecho cuando vieron la salida de su gran turismo color gris metalizado, apurando al máximo la primera de las curvas del trazado. Pero sorprendentemente no fue así. No sólo no logró un nuevo mejor registro sino que además superó en 1'5 segundos el conseguido el día anterior. Difícil dirimir si se trató a un error de pilotaje o a la puesta a punto del vehículo. Él señaló a los segundo, aunque no se atrevió a aventurar la causa concreta. Fuera lo que fuere, lo cierto es que su 2'19''147 le valió para lograr su segunda victoria consecutiva tanto en la carrera como en el Campeonato de España, en el que sólo ha corrido otra prueba además de esta. Fue en Denia y allí también demostró su superioridad.