Las embarcaciones de esta clase se rigen por la 'box rule' o regla de caja, por la que todas tienen unos parámetros comunes como son una eslora máxima de 52 pies (15,85 metros), una manga de 4,40 metros, un calado de 3,20 metros y una desplazamiento máximo de 7.700 kilos. Una vez cumplidas estos parámetros, el diseño puede evolucionar, aunque con pequeños margenes. Esto hace que la igualdad sea máxima y que la diferencia entre uno y otro barco radiqué sobre todo en el factor humano.
La tripulación cobra más importancia que nunca, especialmente el denominado equipo táctico de popa, que forman el patrón o caña, estratega, táctico y navegante. «Normalmente se da más importancia a estos cuatro puestos, pero es un trabajo de equipo y si falla cualquiera de los 15 tripulantes, falla el barco. Todos tienen que saber un poco de todo, aunque en la práctica cada cual tiene su función y se especializa en una concreta», asegura Helena de la Gándara, jefe de presa del Mutua.
El Mutua Madrileña, a diferencia de otras embarcaciones, usa una caña en lugar de dos ruedas. «Eso depende de la preferencia del timonel. El nuestro prefiere este sistema antes que las ruedas», añade De la Gándara. Los pedestales, el piano, el tangón, las mordajas, los winches y los relojes de navegación son algunos de los elementos importantes de la cubierta, mientras que la bodega suele permanecer cerrada a la vista del público para evitar el tan temido espionaje industrial.
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