Iván Muñoz
Acaba de llegar de Budapest, donde ha triunfado tanto individualmente como acompañada en el Campeonato de Europa de natación sincronizada. Pero el agradable peso de las tres medallas de plata que ha conseguido no ha hecho que cambie de planes: tenía un compromiso con las jóvenes nadadoras de la isla y lo ha cumplido. Gemma Mengual inauguró ayer el III Campus de Natación de Santa Eulària, al que acude por segundo año consecutivo acompañada de su hermana Bárbara y gracias a la amistad que le une a Marcela Ribas Cano, entrenadora del Club Deportivo Sincro Ibiza. Durante 11 días, las 27 niñas inscritas en este curso de los tres que pone en marcha el Ayuntamiento de la localidad des Riu este mes podrán aprender e intentar imitar los movimientos de toda una figura de esta disciplina: una bailarina acuática que se mueve cual sirena en las piscinas de todo el mundo. «He vuelto al campus porque el año pasado me lo pasé muy bien y siempre se puede aportar algo. Aprovecho que estoy aquí al lado de vacaciones y después de una competición compartir todo esto con las niñas es muy bonito», señala la nadadora barcelonesa. Reconoce que tres horas al día durante algo más de una semana no da para mucho, aunque cree que la experiencia es positiva para las alumnas: «Es difícil enseñarle en tan poco tiempo, lo único que haces es motivarla. Ellas te ven en el agua y aprenden al observarte remar y hacer algunas cosas. En realidad les enseñas cuatro cosas que luego ellas siguen probando». Cuando se le pide que dé un consejo a las niñas que se inician en su disciplina, Gemma aconseja «seguir el camino y dedicarte a fondo si te gusta este deporte porque es muy bonito y creativo».

Valoración positiva
Tres medallas de plata conseguidas en el reciente europeo no dejan más lugar a que la valoración sea positiva: «Nos hemos confirmado como potencia europea detrás justo de Rusia. No ha habido ninguna otra medalla de plata detrás de Rusia más que la nuestra. Es cierto que alguna podría haber sido oro, pero eso tiene sus pasitos». Se refiere Gemma así al ejercicio individual realizado el sábado en el que quedó en segundo puesto a pesar de ser aclamada por unanimidad por el público que lo presenció: «Me ha servido mucho el hecho de salir del agua y escuchar a la gente que decía que merecía el oro. Yo sabía que me llevaría la plata porque la otra era rusa y cuando estás metida en este deporte sabes como funciona, pero siempre te queda la esperanza de que algún juez te pueda puntuar un poco más para ganar alguna décima», reconoce.

Aunque en septiembre y abril tendrá la Copa del Mundo y los Campeonatos del Mundo respectivamente, tiene el punto de mira puesto en los Juegos Olímpicos de Pekín: «Allí nos presentamos en dúo y en equipo porque el individual lo han quitado de las Olimpiadas. Aquí a lo que vamos es a no quedarnos sin medalla como nos pasó en Atenas, porque la de chocolate no le gusta a nadie», bromea. Pero antes disfrutará de la playa y el «shopping» que le ofrece Eivissa.