La central de Wimbledon despedía ayer a uno de sus grandes ídolos al tiempo que comenzaba a encumbrar a uno de sus próximos iconos. Rafael Nadal jubiló a Andre Agassi del All England Club en un partido soberbio, en un duelo para guardar en la videoteca. El tenista mallorquín destapó el tarro de las esencias, mostró su mejor versión en el servicio y firmó un encuentro sobresaliente sobre hierba al tiempo que se metía en el bolsillo al público. Su victoria, por 7-6 (5), 6-2 y 6-4 en dos horas y catorce minutos, le sitúa en los octavos de final del Grand Slam londinense. El próximo escollo se llama Irakli Lavadse. Ahora que le paren.
Nadal siempre va de menos a más, pero que haya alcanzado este nivel tan pronto comienza a hacer temblar a sus rivales, incluido Roger Federer. Ayer el mallorquín se destapó como un consumado especialista sobre hierba. Sumó 18 aces en tres sets y no cedió ni una sola bola de break con su saque. Fue siempre superior a Agassi en el intercambio y mostró un revés terrorífico en esta superficie. Ya está en la segunda semana y el que quiera ganarle va a tener que jugar muy bien, y durante mucho tiempo.
Con un currículo como el de Andre Agassi, decir que no parte de favorito en un partido es algo así como un sacrilegio. Por eso, el duelo con Nadal estaba al cincuenta por ciento, hasta que saltaron a la central. Los mejores presagios comenzaron a hacerse realidad muy pronto. El mallorquín ganaba con claridad sus servicios y ponía en muchos apuros al estadounidense en el resto. En el cuarto juego (2-1) el de Las Vegas ya tuvo que salvar las dos primeras pelotas de break (2-2).
Lleno
Con la central de Wimbledon por primera vez llena al completo, Nadal volvía a ganar su servicio en blanco (3-2) y se situaba nuevamente con opciones de romper. Con 30-40, Agassi logró salvarse con la ayuda de la cinta (3-3), pero los síntomas eran muy claros. El balear dominaba desde el fondo. El americano no podía moverse (tiene problemas en la espalda) con agilidad en el fondo y se veía superado cuando entraba en el peloteo. Era cuestión de tiempo.
El saque de Nadal ya viajaba a 129 millas por hora (214 kilómetros por hora) y Agassi seguía con problemas. En el décimo juego (5-4), el jugador mallorquín se colocó con una pelota de set (30-40). Logró salvar dos tiros muy buenos del americano y cuando parecía que tenía el punto dominado, lanzó una derecha paralela que se escapó por muy poco. El balear continuó luchando el juego y llegó a tener otras dos pelotas de set, pero dos buenos servicios del de Las Vegas pusieron el 5-5 en el marcador.
Los dos siguientes juegos se resolvieron con claridad al saque y el duelo llegó atie break (6-6). Era injusto que Nadal no se hubiera anotado ya la primera manga, y más que Agassi se colocara con un claro 2-5 en la muerte súbita. La situación era muy complicada, pero entonces la fortuna se alió con el balear. Con 3-5 y segundo saque, Nadal se cayó tras impactar la pelota, pero Agassi lanzó el resto a la red (4-5). Al punto siguiente, el estadounidense lanzó fuera una derecha de media pista (5-5) y emanacorí se puso por delante al conectar uno de esos passings de derecha cruzada que sólo él puede meter (6-5). Esta nueva oportunidad ya no se le iba a escapar y Nadal cerró el parcial con un ace a 121 millas por hora (200 kilómetros por hora). 7-5 en el tie break y el partido muy de cara.
Especialmente porque en el primer juego del segundo parcial, Nadal rompió el saque de Agassi. Con 30-30, conectó un revés que impactó en la cinta y cayó muerta en el campo del estadounidense (30-40).
Al punto siguiente apeló de nuevo a una jugada que le gusta mucho. Forzó a su rival con la derecha cruzada y resolvió con un tiro ganador de derecha paralela (1-0 y saque). Todo el segundo set fue un festival de Nadal al servicio. En su primer saque logró dos aces y se lo anotó en blanco (2-0). Agassi sufría para mantener su servicio y el mallorquín cada vez tenía más confianza en su primer saque (3-1). Parecía que el parcial se encaminaba a un 6-4, cuando Nadal volvió a dar un golpe de autoridad en el séptimo juego. Con 4-2 y servicio para el americano, el de Manacor se puso 30-40. A Rafa no sólo le funcionaba el saque, sino también el resto. En ese punto pudo poner la pelota en juego y comenzó a forzar a Agassi, que se tragó una derecha y la lanzó muy larga (5-2).
Liquidado
El segundo set estaba terminado y Nadal decidió cerrarlo con un recital de primeros servicios. Logró tres aces (ya llevaba 11 por entonces para completar un total de 18 en el partido) y colocó el 6-2 en el marcador.
El partido era un monólogo de Nadal. Agassi sufría en el saque y no tenía opciones al resto. En la tercera manga logró salvar una pelota de break en el quinto juego (2-3) y el público de la central se puso en pie para animarle. Querían seguir disfrutando de la leyenda un poco más, pero Nadal la despidió en el séptimo juego. Con 3-3 se colocó 15-40. Agassi esquivó la primera pelota, pero a la segunda lanzó un revés demasiado largo (4-3 y saque para el mallorquín).
El partido había terminado. Los siguientes juegos sirvieron para comenzar la despedida de uno de los mejores jugadores de la historia. Nadal ganaba su saque en blanco (5-3) y el estadounidense aguantaba (5-4). Al volver a saltar a la pista, los aficionados que llenaron la central de Wimbledon dedicaron a Agassi una gran ovación. Rafa le perdonó la primera pelota de partido (40-15), pero en la segunda sumó su decimoctavo ace (6-4) y dio otro paso al frente.
Agassi se despedía del All England Club y se llevó un adiós tremendamente emotivo. En Londres comenzó su leyenda y Nadal, llamado a sucederle en un corto espacio de tiempo, le jubiló. Los seguidores de Wimbledon descubrían ese mismo día la mejor versión del mallorquín sobre hierba. Rafael Nadal también quiere ser leyenda y completar el Grand Slam. Pronto también ganará en Wimbledon.
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