Sergio Àlvarez|MONTREAL
El español Fernando Alonso (Renault) sumó en la tarde de ayer en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal su sexta victoria -la cuarta consecutiva- de esta temporada del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, al ganar el Gran Premio de Canadá, novena prueba puntuable de la competición.

Alonso ya tiene catorce victorias acumuladas en su palmarés en la máxima categoría del automovilismo mundial, y se impuso en Montreal por delante del alemán Michael Schumacher (Ferrari), que en los instantes finales superó al finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), tercero en la línea de meta cuando parecía que tenía asegurada la segunda plaza.

Con este nuevo triunfo, Fernando Alonso, de veinticuatro años, se ha afianzado aun más al frente de la clasificación general del Campeonato del Mundo de pilotos, en el que cuenta con ochenta y cuatro puntos, veinticinco más que Michael Schumacher y cuarenta y cinco por delante de Kimi Raikkonen.

El campeón del mundo español ha ganado ochenta y cuatro de los noventa puntos posibles en una temporada para enmarcar, en la que ya ha triunfado en seis carreras (Bahrein, Australia, España, Mónaco, Gran Bretaña y Canadá) y ha sido segundo en las otras tres (Malasia, San Marino y Europa). Además, ha logrado la victoria número cien del fabricante francés de neumáticos Michelin en un gran premio de Fórmula 1.

Alonso había participado anteriormente en cuatro ocasiones en Canadá y nunca había subido al podio. Fue cuarto en 2003 y no pudo ni siquiera acabar en 2001, 2004 y 2005. Ayer lo hizo a lo grande, en el primer peldaño en una nueva demostración de que es el número uno y dispone del mejor coche de cuantos compiten en el certamen.

«Pole»
El piloto ovetense arrancó desde el primer puesto de la formación de salida y lo mantuvo sin problemas en la arrancada, aunque el que podía ser su gran aliado, el italiano Giancarlo Fisichella (Renault), fue superado por Raikkonen. Además, el romano perdió dos puestos más pocas vueltas después al ser penalizado con un paso por la calle de garajes por haberse adelantado en la salida.

Alonso tuvo pegado a su alerón trasero a Raikkonen durante las diecisiete primeras vueltas. El escandinavo incluso estuvo a punto de superar al español en la vuelta once, pero éste cerró toda opción en la llegada a la variante anterior a la recta de meta. A partir de entonces, el español fue poco a poco aumentado su ventaja sobre Raikkonen, pero ésta no llegaba a ser lo suficientemente grande como para dar un respiro a Alonso.

Fernando Alonso llegó líder a su primer repostaje, que afrontó en la vuelta veintitrés. Raikkonen, que le arrebató el mando, se detuvo una más tarde, y se generó la incertidumbre de saber si regresaría a la pista por delante del español. Pero las dudas las disipó el mecánico encargado de apretar la tuerca de sujeción de la rueda trasera derecha del coche del finlandés, que alargó más de lo planeado la primera parada.

Los repostajes fueron una pesadilla para Raikkonen, ya que en el segundo, esta vez por su culpa, se caló el motor de su monoplaza, con lo que sus únicas opciones de superar a Alonso, que estaban en las paradas, se esfumaron de dos plumazos.

Fernando Alonso amasó ya una ventaja que le permitió rodar holgadamente destacado, hasta que a falta de diez vueltas apareció el coche de seguridad por un accidente del canadiense Jacques Villeneuve (BMW Sauber), que chocó violentamente contra el muro de la séptima curva.

El coche de seguridad redujo drásticamente las ventajas, aunque no lo suficiente como para poner en peligro la victoria de Alonso. El más beneficiado de todos fue Michael Schumacher, que se acercó de nuevo a Raikkonen hasta que sacó partido de un error de éste para superarlo cuando faltaba una vuelta para el final.