Rodrigo Zuleta|BERLIN
Alemania ha pasado página a la fase de previa del Mundial y piensa ya sólo en los «partidos de la verdad» que empezarán el sábado en octavos de final con el duelo ante Suecia, y el equipo se muestra consciente de que, pese a la euforia suscitada por las tres victorias conseguidas, ahora todo empieza desde cero.

«Hemos dejado buena impresión pero todavía tenemos que estabilizarnos y mejorar. Ahora, con Suecia, tendremos por primera vez un rival verdaderamente difícil», dijo ayer el capitán Michael Ballack, al hablar de los retos que afronta a partir de octavos de final.

«Sabemos que, ahora, hay que jugarse el todo por el todo y que cualquier error puede significar la eliminación. Pero eso no debe paralizarnos ni asustarnos sino motivarnos más», agregó Ballack.

«Todavía no hemos ganado nada, sólo el primer puesto del grupo, pero eso lo esperaba todo el mundo», advirtió, por su parte, el centrocampista Torsten Frings.

El equipo se prepara para el partido contra Suecia con el método acostumbrado que incluye análisis minuciosos del rival, además de entrenamientos especiales, en los que cada jugador es preparado para la misión que tendrá que desempeñar en el siguiente partido.

Contra Suecia, el segundo entrenador alemán Joachim Loew cree que las llamadas situaciones típicas pueden desempeñar un papel clave, por lo que Alemania se prepara tanto para contrarrestar la peligrosidad sueca en este tipo de jugadas como para mejorar su propia eficacia ofensiva en las mismas.

«En las situaciones con balón parado los suecos son peligrosos. Tienen lanzadores muy precisos», dijo ayer Loew.

«Vamos a analizar cada una de las situaciones con balón parado de Suecia en el partido contra Inglaterra y aprovecharemos nuestros hombres que son fuertes en el juego aéreo para tratar de contrarrestar el peligro», subrayó.