Un grupo de seguidores alemanes festejan el triunfo, ayer, en s'Arenal. Foto: FÉLIX ORDÓÑEZ
España amaneció plagada de sonrisas tras su agónico pero convincente triunfo ante Túnez del pasado lunes. Luis Aragonés ordenó una ligera sesión, dio unas horas de descanso y confirmó que su único pensamiento apunta ya a los octavos de final. A un cruce en el que le espera Suiza, Corea del Sur...o Francia. El seleccionador guardará a sus mejores hombres y reformará el once. Luis cambiará a todo el equipo titular para medirse el próximo viernes a Arabia Saudí. El empate es suficiente para abrazar la primera plaza del grupo y asegurarse su presencia el próximo martes en Hannover a las 21.00 horas. Sólo una goleada de Ucrania ante Túnez y una derrota española frente a Arabía apartaría a La Roja de esa primera posición, que entre otras cosas le permite evitar al anfitrión, Alemania, hasta una hipotética final. Algo es algo.
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