El seleccionador nacional, Luis Aragonés, durante la sesión preparatoria de ayer en Leipzig. Foto: FÉLIX ORDÓÑEZ
Los focos apuntan hoy al estadio Zentralstadion, de Lepizig. A las 15.00 horas, la selección se presenta en sociedad ante Ucrania. Y lo hace con un once revolucionario, con sólo tres protagonistas de la última decepción en Corea -Casillas, Puyol y Xavi-, con dos futbolistas -Pernía y Senna- vírgenes con la roja en partido oficial...y con Raúl en el banquillo. Toda una declaración de intenciones. Luis Aragonés ha apostado por abrir las ventanas y oxigenar un vestuario cargado de porrazos y lágrimas. Porque España, de una vez por todas, después de generaciones frustradas, quiere dar un puñetazo encima de la mesa. Justificar el zumbido que acompaña a la selección cada cuatro años.
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