-No, no es cierto. Me lesioné en la rodilla izquierda el pasado
mes de noviembre, cuando ya estaba jugando en el Eivissa Bàsquet, y
nunca antes había tenido problemas en esa rodilla. Sin embargo, el
doctor me dijo que no había ningún problema y que podía seguir
jugando con normalidad. Jugué después algunos partidos con el
equipo pero el 3 de enero me volví a lesionar y me hicieron una
resonancia magnética, que reflejó que tenía dañados los ligamentos
cruzados, por lo que ya no pude jugar más.
-¿Cree que el club ha dudado todo este tiempo de que estuviera
lesionado?
-No sé lo que cree o lo que deja de creer el club. Lo único que
sé es que soy un profesional y vivo de jugar al baloncesto. Yo
quiero jugar e hice todo lo posible por estar en la cancha, pero me
lesioné en la rodilla y es imposible jugar con los ligamentos
rotos, porque lo único que puede ocurrir es que se agrave la lesión
si no se opera.
-Ha habido diferentes opiniones sobre su lesión...
-Cuando me hicieron la resonancia, en el club sacaron la
conclusión de que no tenía nada y querían que siguiera jugando. Sin
embargo, yo seguía sientiendo dolores y le mandé los resultados a
mi médico en Inglaterra, que me dijo que tenía los ligamentos
rotos. Pero los doctores de aquí decían primero que no tenía nada,
después que no se veía muy bien y, al final, ya reconocieron que sí
tengo dañados los ligamentos.
-¿Está dolido con la actitud de su ya ex
club?
-Estoy muy decepcionado con lo que ha dicho el club de mí. Desde
los 14 años yo lo único que quiero es jugar al baloncesto. Vine a
España sin amigos y sin conocer la lengua sólo para practicar este
deporte y para mí no tiene ningún sentido no jugar por no jugar.
Estoy enfadado por eso y me duele que el club hay querido echar por
tierra mi profesionalidad sin saber muy bién por qué.
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