David Meca, en el instante que sale del agua en el puerto de Sant Antoni, tuvo que ser ayudado por miembros de la Cruz Roja.

David Meca fue más que nunca un superhombre. El nadador completó ayer por la mañana el reto de unir a nado la Península con las Balears, después de cerca de 26 horas en el agua y 110 kilómetros recorridos. Llegó totalmente roto, extenuado. El campeón del mundo de 25 kilómetros en aguas abiertas apenas tocó tierra firme y se desplomó desmayado, teniendo que ser trasladado en ambulancia a Can Misses debido al cansancio acumulado y al frío del agua. No obstante, había cumplido su sueño y las más de 3.000 personas que le recibieron en la estación marítima de Sant Antoni se lo reconocieron con gritos de apoyo y una fuerte ovación.