La decisión de la comisión organizadora de dejar fuera de los
cabezas de serie a Holanda, al tener en cuenta la clasificación
FIFA y los resultados de los dos últimos Mundiales, en vez de los
tres precedentes, como en anteriores torneos, ha convertido al
equipo de van Basten, en el «ogro» de los «grandes».
Brasil, Alemania, España, Argentina, México, Inglaterra, Francia
o Italia, los cabezas de serie, no se sentirían muy satisfechas si
tienen que jugarse el primer puesto de su grupo contra el conjunto
naranja, pero el equipo de Van Basten, invicto en competición
oficial, no es la única amenaza.
En el bombo 2, compuesto por las selecciones sudamericanas
(Paraguay y Ecuador), las africanas (Costa de Marfil, Ghana, Togo,
Angola y Túnez) y la oceánica (Australia), tanto los marfileños
(con el delantero del Chelsea Didier Drogba como estrella) como
paraguayos o australianos pueden complicar la clasificación.
Costa de Marfil fue capaz de eliminar a la selección camerunesa
de Samuel Eto'o, con un juego físico también demoledor, Paraguay
aporta su experiencia de rival rocoso, difícil de descomponer, y
Australia tiene su máximo aval en el banquillo: el holandés Guus
Hiddink, que fue capaz de convertir a Corea del Sur en una
alternativa y ahora ha clasificado a los «socceroos» para un
Mundial después de 30 años.
En el bombo 3, compuesto por equipos europeos, destaca Holanda,
aunque también pueden ser amenazas la República Checa, liderada por
Pavel Nedved y que ha mostrado uno de los juegos más atractivos del
continente, Portugal, dirigida por el técnico campeón del mundo,
Luiz Felipe Scolari y subcampeona continental, o la Suecia de
Zlatan Ibrahimovic.
Del cuarto bombo, que junta a la CONCACAF (Estados Unidos, Costa
Rica y Trinidad y Tobago) con los asiáticos (Japón, Corea del Sur,
Irán y Arabia Saudí), los estadounidenses, que se quedaron a un
punto de ser cabezas de serie, pueden oponer más resistencia de la
esperada o, incluso, Japón, dirigida por el brasileño Zico.
Queda un último bombo, que no se sorteará y que tendrá un único
inquilino, la selección de Serbia y Montenegro.
Para evitar que pueda haber tres europeos juntos, la FIFA acordó
esta inusual medida y eligió al equipo que dirige Ilija Petkovic
por ser el que tiene la peor clasificación FIFA en noviembre
(puesto 47).
Serbia y Montenegro será rival de Brasil, México o Argentina, en
un sorteo que ya ha desvelado otros condicionantes.
Alemania y Brasil, por ejemplo, ya saben dónde jugarán sus tres
primeros partidos (Dortmund, Múnich y Berlín) y que ocuparán la
primera plaza de los grupos A y F.
La versión oficial es que, al ser los dos equipos más
atractivos, la organización se asegura que vayan a los estadios con
más capacidad, pero existe otra condición: si son campeones de su
grupo, como está previsto, no se cruzarán hasta la final.
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