Iñigo, con su inconfundible aspecto, sortea la entrada de un defensor menorquín. Foto: MARCO TORRES

Defendamos la postura resultadista. Ya se sabe, la victoria es lo único que cuenta y, al final, todo lo que sea sumar es positivo. Desde esta perspectiva, todo perfecto. El 1-0 da los tres puntos a la Peña ante el ya ex líder Sporting Mahonés y le consolida en las primeras posiciones de la tabla. El conjunto de Paco Marín aprovechó su ocasión, se puso por delante en el marcador y, después, a verlas venir. Eso sí, en cuanto a buen juego, a ocasiones de gol y a espectáculo, nada de nada. Pero, en definitiva, lo que valen son los puntos...

El encuentro de Santa Eulària enfrentaba al primero contra el tercer clasificado o, lo que es lo mismo, a dos de los mejores equipos de la categoría. Pero eso no es sinónimo de buen fútbol, porque da la casualidad de que ambos equipos están cortados con el mismo patrón. Tanto los ibicencos como los menorquines destacan por la solidez y fortaleza de sus defensas. No en balde son, junto al Eivissa, los equipos menos batidos de la categoría. Por eso, a lo largo de los 90 minutos se pudo ver mucho juego de contención, balonazos al área, presión en todo el campo... pero poco juego ofensivo. En esa parcela, casi olvidada, como pudo comprobar uno casi inédito Fernando Silva, estuvo más acertado el conjunto local, que aprovechó su primera oportunidad para adelantarse en el marcador. Rubén Castro, que se hizo con la titularidad por la sanción de Guarte, enganchó una volea desde fuera del área para poner a su equipo por delante en el minuto 34.

Con desventaja en el marcador, le tocaba al líder mover pieza. Pero el Mahonés apenas inquietó en el primer tiempo y su mejor ocasión fue una falta botada por Rafa que Roberto detuvo sin demasiados apuros. En el segundo tiempo, sin embargo, sí apretó y mucho el conjunto menorquín, aunque no dispuso de ocasiones claras para marcar. Todo lo contrario que la Peña, que pudo ampliar su cuenta en dos acciones de Tino: un disparo de falta desde la frontal que Josete sacó de la escuadra en el minuto 49 y en un uno contra uno en el que el extremo no pudo burlar al meta visitante en el minuto 75. Sin embargo, la más que nada sensación de peligro de líder hizo que Paco Marín optara por el conformismo. El técnico sacó del campo en el minuto 61 a Íñigo, su jugador con más capacidad de creación, y fortaleció la línea defensiva. Los locales, en esa última media hora de juego, pusieron en práctica el tradicional 'catenaccio', aunque al final mantuvieron su portería a cero. ¿Resultadista? Da igual, lo que importa es la victoria...