Un error que cuesta caro

Antonio Cazalilla, preparador del Gimnástico Alcázar manifestó su satisfacción por haber pasado la eliminatoria, además de ser justo vencedor. «En el cómputo global de la eliminatoria creo que hemos sido merecedores de ella».

Para el entrenador del equipo manchego afirmó que fue un partido de tensión pero era lo que esperaban. «Sabíamos que la Peña se iba a volcar arriba como así ha sucedido, pero hemos sabido aguantarles. Creo que ellos tienen un gran equipo y el hecho de pasar de ronda tiene doble mérito», señaló.

Cazalilla aseguró con rotundidad que los penaltis que decretó el colegiado «no fueron», a la vez que agregó que «el árbitro ha sido caserísimo y en ningún momento se nos ha respetado».

PEÑA DEPORTIVA: Torres (*), Alfonso (**), Maline (*), Vallori (*), Villodre (*), Víctor Langreo (*), Emilio (*), Salazar (*), Meca (*), Iñigo (**) y Raúl (*)
Cambios: Edu López (*) por Emilio (min.60); Espadas (*) por Raúl (min.60); Sergio (*) por Alfonso (min.69).

GIMNÀSTICO ALCÀZAR: Brian (***), Olivares (*), Rubio (*), Chano (*), Luisma (**), Chivo (*), Amutio (*), Ñúñez (*), Gustavo (**), Funes (*) y Puente (**)
Cambios: Benítez (**) por Núñez (min.46); Escobar (*) por Chano (min.50); Ximo (**) por Gustavo (min.58).

Àrbitro: Alberto Morena (Colegio Balear). Mostró amarillas por la Peña Deportiva a Maline y Villodre; por el Gimnástico Alcázar a Brian, Rubio, Chano, Chivo y Amutio.

Goles:
1-0, min 22: Meca de penalti.
1-1, min. 75: Ximo.
2-1, min.92: Meca de penalti.

Incidencias: Municipal de Santa Eulària. 300 espectadores. El presidente de la Peña, Miguel Torres, entregó al presidente del Gimnástico, Teodoro Rodríguez, una placa conmemorativa de su visita a Santa Eulària.

Gustavo López

La Peña Deportiva quedó apeada de la Copa Federación al no poder remontar el 4-2 adverso del partido de ida ante el Gimnástico Alcázar. El 2-1 cosechado en Santa Eulària no fue suficiente para que el cuadro que dirige Carlos Simón continuara en esta competición. Como ya ocurriese hace siete días en la localidad castellano-manchega, un error en defensa de los locales provocó el tanto visitante que le dio el pase a octavos de final. El equipo de la Villa del Río comenzó el choque volcado en la portería rival, como demuestra el primer aviso que dio Íñigo tras botar una falta en el minuto 10 que se marchó fuera por poco. El asedio continuó cinco minutos más tarde, cuando Raúl centro desde la derecha y Víctor Langreo cabeceó alto. La presión que ejercía la Peña en la parcela ancha del campo provocó una rápida jugada que desembocó en el primer gol de la tarde. Íñigo puso un balón en profundidad a Meca, que fue derribado por Rubio dentro del área. La pena máxima la materializó el propio Meca.

Casi en el epílogo del primer acto llegaría una nueva ocasión del conjunto local, que no dejó maniobrar a su rival en ningún momento. Antes del tiempo de asueto el meta del Alcázar hace la parada del partido tras una falta bien botada por Meca. El decorado de la segunda mitad cambió por completo, sobre todo por la entrada de Benítez en el cuadro castellano-manchego, que dio mayor fluidez al centro del campo del Gimnástico. El cuadro ibicenco no tenía la misma frescura que en la primera parte. En el minuto 62 llegaría el primer disparo a puerta de los visitantes. Ximo avisó a Torres de que podía tener el gol en sus botas. Ese tanto llegaría en el 75, cuando una falta botada desde el centro del campo llega a las botas del delantero del Alcázar, que tras realizar un gran control regateó a un defensa y batió por bajo a Torres.

Meca marcó el inservible 2-1 final tras un dudoso penalti en el descuento. El técnico de la Peña Deportiva, Carlos Simón, reconoció que su equipo perdió la eliminatoria en dos ocasiones idénticas: «La primera fue el empate de ellos allí, que fue un error defensivo igual que el que hemos tenido hoy -por ayer-. El gol visitante es imperdonable. Un equipo con aspiraciones como el nuestro no puede encajar goles de este talante», manifestó. El preparador del conjunto pitiuso indicó que lo más positivo de esta eliminatoria fue la actitud de sus jugadores: «Siempre tienes el miedo de que el futbolista se relaje porque considere que juega un partido sin importancia. Sin embargo, no hemos bajado los brazos en ningún momento y eso me ha gustado», sentenció.