La Sociedad Deportiva Eivissa cortó la sequía de triunfos frente al
Campos al que le endosó tres goles y pudieron ser más si la
ambición de los ibicencos hubiera sido mayor. Atrás quedaron las
dos derrotas y el empate cosechados en las tres últimas jornadas,
aunque todavía hay que pedir más a los hombres de Bernabé Herráez,
ya que jugaron casi toda la segunda parte con dos hombres más y no
supieron aprovechar esa superioridad para marcar más tantos, que
los tres que obtuvo los consiguió en la primera mitad.
El partido tuvo dos partes diferenciadas: la primera en la que
el conjunto pitiuso buscó con orden y ahínco el gol; y en la
segunda en la que la relajación y el conformismo de verse con tres
goles a favor ofreció más bostezos que fútbol.
El inicio del partido fue trepidante para el cuadro local, que
llegaba por las bandas, sobre todo por la derecha con Roberto y
Diego Cordero. El interior diestro madrileño no salió de inicio,
pero la lesión en un muslo de Juanma provocó que saliese al campo y
cumplió con creces.
A los 17 minutos de juego llegaría el primer tanto de los
bermellones, que llegó tras un pase de Edu, que Óscar Solanas
remató a placer de cabeza, el portero Silvestre despejó y
Cervantes, muy atento recogió ese rechace y lo materializó en el
primer tanto.
El asedio del equipo deportivista no acabaría aquí, ya que diez
minutos más tarde una internada de Roberto en el área provocó un
claro penalti que se encargó de transformar Juan en el 2-0.
Por si fuera poco, el cuadro de Herráez fue a por el tercero,
que llegaría a la media hora de juego tras un error garrafal de la
zaga visitante, que dejó solo a Óscar Solanas que tuvo que empujar
el balón de un cabezazo a las mallas. Desde ese minuto hasta el
final del primer acto se vio un juego dinámico, pero con falta de
acierto.
En la reanudación, el Eivissa empezó fuerte, ya que nada más
saltar al césped Rubén Castro estrelló un disparo en el poste, que
no acabó en gol por poco. El bagaje ofensivo del cuadro pitiuso
sería muy escaso en los segundos 45 minutos, ya que los locales se
dedicaron a tocar el balón y a intentar llegar por las bandas, pero
el Campos, con dos jugadores menos por las expulsiones de Aitor y
Cano, se defendió bien y se dedicó a destruir el juego
deportivista.
Además del ya mencionado tiro al palo de Rubén Castro, la
ocasión más clara del conjunto bermellón se produjo en el minuto
61, cuando Alberto Simón, que había acabado de ingresar en el
terreno de juego, se plantó solo ante el meta Silvestre, pero su
disparo se estrelló en el cuerpo del cancerbero mallorquín.
El equipo pitiuso dispondría de una ocasión más en las botas de
Roberto, que tampoco acertó a finalizar en gol. Estas ocasiones
fueron las únicas del Eivissa en la segunda mitad, que provocó los
pitos del respetable que quería ver más goles ante la inferioridad
del rival.
Óscar Alkorta, jugador del Eivissa, manifestó que su equipo dio
dos caras distintas en la primera y la segunda mitad. «En la
primera parte hemos tenido la posesión del balón, creando espacios
y llegando, pero en la segunda parte, con el 3-0 la gente siempre
quiere más, pero no hemos estado acertados», argumentó.
El centrocampista, que se desenvolvió bien ayer como pivote en
el centro del campo, dijo que él se encuentra a gusto «en cualquier
sitio, pero sobre todo, estando en el once inicial», dijo.
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