El velocista italiano, quien no acudirá al Mundial de Verona por
ser demasiado duro para un velocista, tendrá tiempo para repasar
las joyas literarias que ya tiene guardadas celosamente en su
maleta, nada menos que el Cantar del Mio Cid por imponerse en
Burgos y las Obras Completas de Baltasar Gracián por entrar a lo
grande en la capital de Aragón. Aunque piensa llegar hasta Madrid,
es improbable que agarre alguna obra de García Lorca en las
montañas de Almería ó Granada.
Petacchi, «míster esprint», volvió a llevar a buen puerto el
buen tren de sus compañeros, muy finos ellos en el arte de poner a
su líder en su sitio habitual. Lo intentó el T-Mobile de Zabel,
pero hubo de conformarse con la segunda plaza. No pudo decir lo
mismo Oscar Freire, que fue tercero. El Rabobank se borra en el
momento de llevar en volandas al español. El viaje se cubrió en
4h.23.01.
Así que el italiano de La Spezia, a pesar, según el, de que no
se encuentra a tono, sumó su novena etapa en la Vuelta y la
decimonovena de la temporada. Así remató una jornada previsible en
todo menos en el tiempo, ya que se pasó de la lluvia en Soria al
calor de la capital maña, donde siempre se consiguen grandes medias
de velocidad. Aquí batió el récord Igor González en 2001 a más de
55 por hora. Esta baza la prisa se plasmó en 38,2 por hora.
La general no cambió los nombres de la jornada anterior. Siguen
al frente los carteros del US Postal con Joachim al frente, seguido
de Max Van Heeswijk y Manuel Beltrán. Valverde, en la guarida en
espera de la etapa de Morella, se mantuvo décimo a 45 segundos del
líder y a 7 de la primera referencia a tener en cuenta, el kazajo
Vinokurov, que es séptimo.
No faltó la escapada que anima cada día la carrera. Los
españoles Xabier Florencio (Relax), Iñaki Flores (Euskaltel) y
David Fernández (Costa de Almería) y el francés Julien Laidoun
(FRA/AG2R) formaron grupo en el km 64 y juntos fueron en lucha con
el viento hasta el 134, cuando los hombres del Fassa y el T-Mobile
decidieron que ya estaba bien de aventuras.
Los hombres del Relax, que llegaban a la sede de su patrocinador
se mostraron especialmente inquietos. El belga Roesems se metió
después en otra fuga con Toni Colom (Balears), Astarloza (Ag2r) y
Davis Herrero (Costa de Almería), sin pasar de medio minuto de
ventaja.
El desenlace se cocinaba en el grupo con un molesto aire de cara
que invitaba al «escaqueo». Nadie quería tirar del tren. Además
algunos se iban al suelo, como el italiano Cuenego o el
estadounidense Tyler Hamilton, un ciclista familiarizado con el
asfalto. Otros sufrían pinchazos, como Menchov y Astarloa. A 3 kms
de meta Fassa y T-Mobile pusieron en marcha la maquinaria.
Ongarato, Velo y Trenti volaron hasta la recta, hasta cerca de
la línea de llegada, para evitar los efectos del viento en su
infalible líder. Zabel se había propuesto amargar a «Peta», como
Freire, pero al final, el alemán y el español se marcharon al hotel
sin libro. Les quedaría el consuelo de ver la tele como
segundones.
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